Fotografías de Rodrigo Arce
La política de uso de drogas en nuestro país se ha limitado a restringir el consumo y buscar erradicarlo a partir de leyes de prohibición, guerra contra el narcotráfico, campañas para la prevención de las adicciones, entre otro tipo de tareas. Para los políticos mexicanos, el problema es de seguridad o de salud, y la batalla contra las drogas encontrará una solución por sus respectivas vías legales y armadas.
Existen otras posibilidades de mirar el tema, lamentablemente, el punto de vista cultural ha sido poco abordado, pero podría ser que a través de este se logre una mayor conciencia de los usos y costumbres entre los consumidores de psicotrópicos, lo cual nos ayuda a plantear su lugar dentro de nuestra sociedad. Por ello, el trabajo que realiza un proyecto como la Biblioteca Cannábica es relevante y digno de mención. Dicha biblioteca, que nace y se desprende de la Asociación Mexicana de Estudios sobre Cannabis (AMECA), dentro del Centro Cultural La Pirámide, le abrió sus puertas a Ibero 90.9 para explicarnos más a fondo sus objetivos y métodos de trabajo dentro y fuera de sus sedes.
La idea de crear un archivo sobre la cannabis nace de la necesidad de tener información de primera mano, y en la medida de lo posible veraz, sobre esta planta y sus diferentes empleos, ya sea desde el punto de vista botánico, herbolario, legal, artístico o histórico. Esto se debe a que la mayor parte del material disponible aún conserva ciertos prejuicios y declaraciones de orden moral que no permiten un acercamiento objetivo a los interesados.
Si bien el nombre de la biblioteca sólo hace referencia al cáñamo, su director, Carlos Zamudio, acepta que los fumadores de marihuana son, en su mayoría, policonsumidores, lo cual lo obliga a integrar al acervo bibliográfico mayor material que indague sobre otras drogas como la cocaína o el LSD, por mencionar las más famosas. Sin embargo, el verdadero reto al que se enfrentan como organización es a la casi nula actividad lectora entre los mexicanos y, por ende, el poco público visitante de bibliotecas. Para lograr una mayor expansión informativa, han inaugurado distintas sedes y secciones dentro de espacios ya establecidos y concurridos por todo tipo de gente.
Por ejemplo, en el Centro Cultural La Pirámide suele reunirse la población de los alrededores para tomar clases de taekwondo y danza aérea; por este tipo de visitantes, se privilegia el material didáctico, es decir, una gran cantidad de revistas como Cáñamo, High Times y THC, sin dejar de lado los libros especializados. Otra de sus sedes se localiza en la Biblioteca Pública Parque México, en la colonia Hipódromo Condesa, y la mayor parte del acervo, por razones geográficas, se enfoca en los temas políticos y legales. Mientras que su sede del FARO de Oriente, en la delegación Iztapalapa, ofrece una selección de libros que abordan el tema desde lo literario y lo artístico.
Debido a que estos espacios dependen de la Secretaría de Cultura de la CDMX y de la Secretaría de Educación Pública del gobierno federal, la Biblioteca Cannábica ha peleado por mantenerse en funcionamiento. Su sede del Parque México es la que ha sufrido mayor presión por parte de las autoridades, pero ha resistido gracias a que los bibliotecarios del lugar creen en el proyecto y justifican su presencia con un alto número de visitantes, algo, como antes se mencionó, poco común.
Carlos Zamudio menciona que otro de los objetivos es que la biblioteca salga de la biblioteca. Por una parte, la difusión a partir de la creación de conocimiento en congresos, enfocados para la comunidad académica; pero sobre todo con la elaboración de folletos para los consumidores donde se les explica tanto sus derechos como obligaciones, fomentando el consumo responsable y combatiendo la ignorancia. Esto sin dejar fuera distintos tipos de talleres y círculos de lectura. Por otra parte, se busca a mediano plazo la creación de una biblioteca digital.
La principal tarea de la Biblioteca Cannábica es enseñar cómo consumir con menos riesgos (lo cual no significa que te recomiendan al mejor dealer de la ciudad). Del lado de la salud, la información que procuran para los visitantes es de aprendizaje: enseñan a reconocer la calidad del producto que consumen, y que está ampliamente relacionada con el precio; es decir, una hierba barata corresponde a una hierba con altos grados de toxicidad y daños al cuerpo. Estas sustancias son a las que mayor acceso tiene cualquier mexicano, por ello es importante tener una correcta educación.
En este aspecto, el folleto de mano “Guía legal de usuarios de drogas” ayuda en sobremanera a los consumidores al informarles sobre sus derechos, pues ahora la ley permite la presencia de policías vestidos de civil en las calles y la detención de consumidores bajo el cargo de narcomenudeo ha aumentado considerablemente. Cómo actuar si se es detenido, cuándo es legal el registro, ¿te pueden encarcelar por sólo consumir?; estos son algunos de los puntos que explica este folleto en la búsqueda de también informar sobre el derecho a la libertad (qué entra y no entra a mi cuerpo) y a la salud (libre elección de tratamiento médico y/o psicológico).
Relacionado con esto último, el papel que juegan algunas madres de familia, constantes visitantes de la biblioteca, en la lucha por la legalización es un tema importante. Estas mujeres buscan alternativas terapéuticas para las distintas enfermedades que padecen sus hijos y que la medicina actual no ha respondido de la mejor manera. Ya sea para aminorar los síntomas de distintos males psiquiátricos, neuronales y motrices, la marihuana significa para esta gente una oportunidad para llevar una vida digna y plena
Al vivir en una época donde existe todo tipo de información y a un fácil alcance, saber discriminar material resulta cada vez más complicado, ¿cómo saber que los textos que llegan a nuestras manos son confiables? Carlos dice que no importa cuán objetivo intente ser, el lector siempre tendrá una simpatía por ciertos argumentos, que justamente coinciden con su forma de pensar; por lo tanto, juzgará como el material indicado el que coincida con sus tendencias. Para evitar esta metástasis de pensamiento, la Biblioteca Cannábica adquiere libros que incluso van en contra de sus inclinaciones pro-cannábicas, para conocer qué piensa el prohibicionista y cómo aborda su exposición. Ejemplo de ello son los libros disponibles del Centro de Integración Juvenil que buscan erradicar las adicciones de drogas legales e ilegales, pero desde una perspectiva moralina.
En estos momentos la biblioteca pasa por una fase de corta mudanza, a causa de un cambio administrativo en el Centro Cultural La Pirámide. Por lo que recomendamos a los interesados en visitarla ponerse en contacto previamente con Carlos Zamudio, a través de la página de Facebook, o con las autoridades del centro para que su visita no se vea frustrada.