'It Must Be Heaven': La comedia de lo humano
Cuando se piensa o habla sobre Palestina, una de las primeras imágenes que llegan a la mente es aquella de un país en constante conflicto armado. De misiles y bombas que caen sobre los escombros de una ciudad donde alguna vez hubo vida. Muy pocas veces se piensa en la paz dentro de aquel Estado, de la cotidianeidad y sus pequeños detalles. Lo anterior es uno de los puntos fundamentales de It Must Be Heaven (2019), la cinta más reciente del director palestino Elia Suleiman.
Película que formó parte de la selección oficial de Cannes de 2019, que se distingue de otros trabajos cinematográficos por su aproximación estética, narrativa y directorial, It Must Be Heaven, no tiene una historia convencional, si es que se le puede considerar eso. Más bien, la cinta consiste en una serie de episodios de la vida cotidiana llevados a un absurdo cómico.
A lo largo de la película, acompañamos al director Elia Suleiman en su vida ordinaria, en el camino previo a la producción de la película. Durante este viaje, la principal acción de Suleiman es observar la vida a su alrededor; en Nazareth, París y Nueva York. Es a partir de estas silenciosas observaciones, que lo aparentemente ordinario se distorsiona en un absurdo.
La dirección de Suleiman consiste en un exquisita coreografía y simetría. La película está llena de escenas y viñetas tan inesperadas como cómicas.
Donde la forma de actuar cronometrada y rígida de los personajes recuerda al estilo de Yorgos Lanthimos en películas como The Lobster (2015).
En el aspecto de lenguaje cinematográfico, Suleiman recurre a lo esencial del cine: plano y contraplano. En algo tan sencillo como observador y aquello que observa, el director nos sitúa en su lugar y nos comparte su punto de vista. De esta manera logra hacer elocuentes comentarios sobre cuestiones como la seguridad en los aeropuertos, las sillas en lugares públicos o la portación de armas.
It Must Be Heaven plantea algo que une a la humanidad, sin importar en donde se encuentre, es la vida ordinaria, el día a día. Acciones y episodios tan comunes, que son dados por alto; pero que cuando se observan con curiosidad, pueden llegar a ser absurdos y por ende cómicos.
La película de Elia Suleiman es en primera instancia una reflexión sobre la paz en Palestina, pero en un nivel más profundo es una meditación sobre la humanidad misma.