Más de una década después de declarar al cine muerto (y de discutir durante todo ese tiempo sobre el tema con críticos y académicos en los más diversos foros) el director galés Peter Greenaway presenta Eisenstein en Guanajuato, su mas reciente largometraje, en la 65ª Berlinale. Tomando como pretexto del relato el viaje que hizo el cineasta ruso Serguéi Eisenstein a nuestro país para filmar la emblemática ¡Que viva México! a inicios de la década de los treinta Greenaway regresa a su estilo teatral y pictórico para desarrollar algo muy lejano a una biografía en celuloide.
Obsesionado con la composión e interesado con la fiesta de Día de Muertos, preocupado más por los fetiches y las preferencias del personaje principal que en su proceso creativo el retrato que construye Greenaway es todo menos convencional.
Más allá de su gusto por la provocación a través de sus declaraciones incendiarias, y de que resulta muy evidente que el cine sigue vivo (y él mismo sigue rondando largometrajes), parece claro que el director británico seguirá dando de qué hablar por un buen rato.
Saludos desde el frio.
El More