El sueño macabro de Anna Varney
Si nunca has escuchado sobre Anna Varney o su proyecto musical, Sopor Aethernus and the Ensamble of Shadows, prepárate para echarte un clavado a una oscura e inusual propuesta artística que ha ganado miles de seguidores en los últimos años.
El proyecto del “ensamble de las sombras” nació a finales de los ochenta en la ciudad de Frankfurt, Alemania, con un estilo darkwave y un planteamiento estético creado, según la misma Anna, como un proceso terapéutico que utiliza el arte para abordar temas como la soledad, la depresión, la expresión de dolor y la sexualidad desde las disciplinas de la música, la poesía y el performance.
Anna Varney Cantodea es una mujer trans que ha creado, a través de su maquillaje, peinado, vestimenta y movimientos perturbadores, a un personaje inusual que podría resultar de la mezcla entre una bailarina butoh, Marilyn Manson y Nosferatu, el vampiro. Su nombre es una combinación del personaje principal de la historia gótica de la época victoriana Varney, el vampiro o El festín de sangre, escrita por James Malcolm Rymer, y por la palabra derivada del latín cantodea, que se traduce a algo así como “diosa cantante”.
Desde sus inicios su personaje ha sido tan controversial y misterioso que ha creado infinidad de especulaciones sobre quién es y cuál es su pasado. Se ha hablado en varias publicaciones sobre su infancia tormentosa y hay muchos rumores de episodios graves de maltrato físico por parte de sus padres y sus compañeros de clase durante esta etapa, provocando en ella tendencias suicidas.
A pesar de declarar a la creencia en Dios como un síntoma de demencia, Varney es una persona muy espiritual. La presencia de símbolos astrológicos, especialmente los de Júpiter y Saturno, han estado presentes en el arte de sus discos, e incluso ha creado una insignia propia a partir de la mezcla de estos dos, llamándole el símbolo de Jusa.
Así como en su nombre y construcción estética, su música está plagada de profundas referencias que incluyen al escritor Edgar Allan Poe y la bandas Christian Death y Kraftwerk, realizando interpretaciones musicales con influencias de la música barroca y renascentista en alemán, inglés, latín, francés y ladino.
Algo curioso de este proyecto es que nunca se ha presentado (ni lo hará) en un concierto en vivo. Varney afirma que su música está creada como un trabajo espiritual de observación, invocación y exorcismo en sueños, que le permite “adentrarse en el subconsciente y despertar a los muertos y/o a los “entes dormidos” para entender y sanar su espíritu, y así, evitar el suicidio” y por esto, le resulta absurdo interpretar sus canciones frente a un montón de gente cuando el proceso artístico es extremadamente personal.
En todos sus videos, podemos ver a una figura débil, sola y depresiva, imitando movimientos de la vida salvaje, con un maquillaje oscuro, ropajes desaliñados y bailes que provocan expresiones de dolor, tristeza y sufrimiento en la protagonista, mientras interactúa con espacios que generan una atmósfera tenebrosa e incómoda.
Ayer, miércoles 7 de febrero, Sopor Aeternus & The Ensamble of Shadows lanzó su nuevo álbum titulado “The Spiral Sacrifice” que, a pesar de tener un arte mucho más colorido que los discos pasados, promete conservar el espíritu oscuro de su intérprete principal y posiblemente ponerle la piel de gallina a más de uno.
Si quieres conocer más sobre Anna Varney y su ensamble puedes darte una vuelta por su página oficial o aventarte en su cuenta de Youtube y si quieres escuchar su nuevo disco puedes hacerlo a través de su perfil en Spotify.