En el mundo de Kendrick Lamar no existen las coincidencias
En épocas en las que el marketing lo es todo, muy pocos artistas tienen la posibilidad de lanzar un disco, sin aviso ni promoción previa, y convertirlo en un éxito inmediato.
Y no hablamos del éxito efímero de un “hit viral” y mucho menos de una casualidad. Se trata del tipo de éxito que parte de la confianza de tener una de las discografías más sólidas en el mundo del hip-hop, de esa que sólo con ideas claras y cuidadas hasta en los mínimos detalles. Con Kendrick Lamar no hay coincidencias, todo tiene un porqué, y lo vuelve a dejar claro en GNX.
Si bien no hubo una campaña mediática para anunciar y “calentar” el lanzamiento de un nuevo disco, Kendrick supo leer correctamente el momento tras llevar meses enfrascado con Drake en uno de los mejores beefs de todos los tiempos.
Una tiradera que a ojos y oídos de todos (menos los fans de Drake, ¡ja!) lo ganó Kendrick cuando publicó Not Like Us, y lo terminó de ganar cuando su rival optó por demandarlo en lugar de responder como lo hacen los verdaderos raperos: con letras inteligentes. Este álbum se siente como la última cruz de ese ataúd.
En GNX se escucha a un Kendrick enojado, sin compasión y directo, que no tuvo miedo en mencionar a sus grandes ídolos como Lil’ Wayne, quien se quejó de la participación de K. en el Super Bowl 2025, o Snoop Dogg que en algún momento publicó un tweet que parecía respaldar a Drake en medio de la pelea. Pero también encuentras el lado sensible y socialmente activo que es parte fundamental para entender la genialidad de Kendrick.
Kendrick ha logrado construir una narrativa única alrededor de todo lo que hace. El cómo, por qué y con quién lo hace, todo tiene un sentido y siempre parte de las raíces y valores de Kendrick, y los fundamentos del hip hop que tomó de la calle.
El espacio para colaboraciones en este disco fue específicamente para talentos emergentes de Los Ángeles como AzChike, Dody 6, Hitta J3, Roddy Ricch, Siete7x, YoungThreat; y hasta una cantante mexicana de mariachi llamada Deyra Barrera.
Pero también hay lugar para consolidados como SZA o Kamasi Washington, y en la producción Jack Antonoff, el productor de cabecera de Taylor Swift. Los beats de Antonoff sorprenden pues se aleja del estilo ‘artsy’ jazzero que engloba el sonido de Lamar en sus discos anteriores para darle paso a bases más pegajosas pero no menos interesantes.
El álbum se queda corto en comparación con otros de la discografía, incluso nos atrevemos a pensar que puede tratarse de un mixtape más que de un álbum completo, pues la inclusión de The Heart Part 6 dentro del álbum, rompe con la “tradición” de liberar las canciones de la serie The Heart antes de la publicación de un nuevo disco. Insistimos, con Kendrick no hay casualidades.
¿Cuántos raperos y artistas en general quisieran que uno de sus “álbumes flojos” fueran la mitad de buenos que un disco no tan bueno de Kendrick? Y no nos malentiendan, GNX es un grandioso álbum pero definitivamente sabemos que él puede darnos más.