Lo que no te has dado cuenta de Christian Nodal
A finales del 2016, una canción de mariachi, al estilo JuanGa con acordeón, se coló en las radiodifusoras de regional mexicano. Ya para los primeros días del 2017, “Adiós Amor” de Christian Nodal se volvió un éxito viral que dejó las calles para asentarse en las redes sociales y servicios de streaming como Spotify. Compuesta por Salvador Garza para el grupo Dareyes de la Sierra en 2008, “Adiós Amor” cumple con todas las características para convertirse en uno de los himnos de dolor y desamor.
Casi 500 millones de visitas en Youtube y más de 110 millones de reproducciones en Spotify reflejan la popularidad de una canción interpretada por un chico de 19 años que llegó para revitalizar el mundo de la canción vernácula. Para esto es necesario recalcar que no porque lleve mariachi entra en la categoría de música ranchera. En el caso de Christian Nodal, oriundo de Caborca, Sonora, mezcla de buena forma una vieja receta que los hijos de los grandes intérpretes rancheros han sabido utilizar: vestir el pop con mariachi.
Nodal pertenece a esta nueva generación de artistas de regional mexicano que portan botas y sombrero, pero lo mezclan con moda de alta costura, una postura estética que los ha ayudado a entrar con mucha fuerza en el mercado juvenil tanto de México como de EE. UU.
En el caso de “Adiós Amor” se apela a la vieja fórmula de un amor traicionero, que desgarra el alma, pero que en esta ocasión se acepta la derrota y prefiere marcharse. Bien podemos compararla con “Ella”, la emblemática canción escrita por José Alfredo Jiménez cuya frase “me cansé de rogarle” resonó por años tanto en plazas públicas como en el Auditorio Nacional.
La corta carrera de Christian Nodal ha sido llevada a la perfección. Cada paso que da esta pensado para convertirlo en el próximo gran cantante de mariachi. En poco tiempo dio el salto a Europa bajo el cobijo de David Bisbal y con “Probablemente” como carta de presentación a dueto con el cantante ibérico. Su primer y único disco Me Deje Llevar ya va por su sexto sencillo promocional, convirtiéndolo en uno de los discos mexicanos más populares de los últimos años.
“Eres” es una de esas canciones para llevar serenata y emular lo quePedro Infante hacía en sus películas. Es dulce, pero no empalagosa y tiene un sentir ranchero sin llegar al imaginario del charro con pistola fajada y botella en mano. “Te Voy a Olvidar” regresa a esa nostalgia de perder un amor y luchar contra el dolor que esta herida ocasiona. De cierto modo, Christian Nodal es el chico emo del mariachi, con una voz que evoca un mar de emociones y sentimientos. Se trata de la evolución de un género que durante años estuvo dominado por Alejandro Fernández y Pepe Aguilar, dos personajes que marcaron una época para la música regional mexicana.
Para cerrar con broche de oro, Christian Nodal dio en el blanco con la reinterpretación de un clásico de las fiestas mexicanas: “Yo No Se Mañana” del cantante de salsa Luis Enrique. Acompañado de mariachi y acordeón, Nodal incluyó en Me Deje Llevar esta nueva versión que tiene como misión el brindar un toque guapachoso a la noche amenizada por el amor y el inevitable dolor que lo acompaña.
Si bien, Christian Nodal no descubre el hilo negro en el regional mexicano, es importante recalcar que pertenece a una generación de artistas que con gran empuje han logrado captar la atención de la juventud. Hoy en día, el rock pierde popularidad entre los jóvenes y es en gran parte porque se han encargado de convertirlo en un género gris y aburrido, con aires de grandeza y que sólo puede ser disfrutado en la soledad a través de un vinyl.
Otros ritmos, como la banda, el reggaeton y ahora el mariachi, están pensados para ser disfrutados en fiestas y reuniones, para ser incluyentes con una sociedad que tiene mayores preocupaciones que escuchar la selección semanal de Bandcamp. Desde hace años que la música regional mexicana, a través de sus muy criticados canales de difusión, se ha vuelto un democratizador de la palabra y su evolución hoy en día innegable. Christian Nodal es sólo la punta de lanza de un género que tiene el mismo romanticismo de Cigarettes After Sex, pero que siempre ha sido ninguneado y despreciado por la venda del clasismo