Llega DÍA, de Ela Minus, a Extracto
Por Valentina Martínez
A veces me pregunto qué sería de mí sin la música. Sí, suena a una cursilería y a un cliché el decir que la música te cambia la vida, pero es real. Puede ir desde algo tan banal como que te ayude a no perder la cabeza en la hora de tráfico inevitable en la ciudad, hasta ser el motor de tu propio autodescubrimiento, de realmente conocer quién eres y ayudarte a perder el miedo a mostrar quien eres ante el mundo.
La música también habla, y también exige. Llega un momento en el que pide más, en el que pide un cambio y una transformación en quien la crea. Esto no lo digo yo, lo dice la colombiana que aprendió a abrazar su identidad y soltar ese temor a esconder quién es a través de la música: Ela Minus.
Hace cinco años debutó con Acts of rebelion, que llegó en un momento en el que el mundo estaba en crisis con la pandemia, mientras que ella buscaba que la gente conectara y sintiera que todos tenemos la capacidad de cambiar el mundo.
Fue un lanzamiento más oscuro, misterioso y menos personal que el más reciente. En la portada la vemos a ella sobre un fondo negro, con la mirada fija al frente pero sin ver el resto de su cara, y todos los títulos de las canciones estan escritos en minúsculas. Demasiado misterio, contrario a DIA en el que le vemos toda la cara, mucho más iluminada, sobre un fondo blanco, y en el que los títulos están en mayúsculas.
Si algo distingue a Ela es el impulso por mantener la diferencia y hacer que su música suene distinta, de mantenerse fiel a lo que le gusta y a su sonido. Cuántas veces no nos han dicho que el sueño de todo artista es tocar en festivales enormes y firmar con una disquera.
Lo curioso es que este nunca fue el de Ela, aunque todo ha sido muy orgánico para ella. Es solo una mujer de 34 años que está feliz de poder vivir de su arte, que disfruta la intimidad y conectar con aquellos que la escuchan. En este caso, logró crear un disco techno pop que abraza su identidad, sus inseguridades y su proceso de autodescubrimiento.
Por tres años estuvo viajando por el mundo trabajando en este proyecto: desde Colombia hasta Estados Unidos, pasando por México y terminando en Londres.
Estando en California pensó que ya tenía DIA terminado, y se dió cuenta de que algo no encajaba, no bastaba los detalles en la producción del sonido, faltaba darle más intención a la voz y a la letra. De esto resultó la mayor presencia y fuerza que tiene en este proyecto, abrazando también su acento colombiano y el idioma español.
Comienza con ABRIR MONTE, una canción que nació cuando ella estaba en México, y que se refiere a una frase casi poética que usan en Colombia sobre abrir un camino nuevo entre las montañas, ir marcando tu propio camino a pesar de los obstáculos que se puedan ir presentando.
En general, me parece un disco catártico. Tal vez suene ignorante, pero honestamente no pensé que pudiera conectar tanto con un disco de electrónica, pero aquí estamos.
¿Por qué nos cuesta tanto explotar nuestro verdadero potencial? ¿Qué es eso que nos detiene de mostrar nuestra verdadera identidad? ¿Qué pasó me toca dar si estoy perdida? y ¿El mundo se va a acabar? son algunas de las interrogantes que Ela explora en DIA, y es que conforme lo vas escuchando te va volando más la cabeza. Rolas como QQQQ que habla de la resignación que hay por hacer el mundo mejor y COMBAT que explora la liberación de una carga emocional o una lucha, y que vienen a caer como balde de agua fría en una semana en la que el mundo parece catastrófico.
Hace ocho años, con el lanzamiento de su primer EP, utilizó la frase “bright music for dark times” para describir su música. Ahora, en un momento de oscuridad llegó la luz del DIA para, tal vez no hacerte sentir mejor, pero por lo menos hacerte sentir que hay alguien que te entiende.