Alien Romulus: Un festín visual con hambre narrativa
Por Ana Lau Citalán
Alien, una película que empezó como una simple historia del género de ciencia ficción y terror espacial, ha sacado su séptima película después de 45 años de haber sido un éxito en taquilla.
Esta cinta plantea la evolución de la vida extraterrestre y su necesidad de adherirse al cuerpo de un ser vivo para reproducirse y sobrevivir. Desde Alien (1979) a Alien: Covenant (2017), podemos ver una mejoría en cuanto a los efectos especiales que se usan, pero ¿podemos decir lo mismo de su narrativa?
En la primera película de esta franquicia, Alien contó con un presupuesto bajo a comparación de otras películas de terror, con aproximadamente 11 millones de dólares y recaudó 106 millones de dólares en taquilla. A pesar de ser una película de bajo presupuesto, los efectos fueron impresionantes para su época; con ayuda de modelos miniatura y contrastes de luz y sombra, así como un gran equipo de producción que se enfocó en la historia y su narrativa, por lo que Alien (1979) sentó una base de lo que se esperaría en sus próximas películas, manteniendo un balance entre la parte visual y teórica de este universo.
Alien (1979) sigue a la tripulación del Nostromo, una nave espacial comercial, que despierta prematuramente de su hipersueño para investigar una “señal de vida” en un planeta lejano. Lo que descubren es una criatura alienígena mortal que rápidamente se convierte en una amenaza para la tripulación.
Desde sus inicios Alien nos presenta personajes complejos como Ellen Ripley, suboficial de la nave Nostromo, que aunque siempre desconfió de la naturaleza de este planeta, adquiere la determinación y seguridad que le hacía falta al principio de la película con el fin de salvarse a ella y su tripulación de esta criatura desconocida.
Siendo la protagonista de las primeras tres películas su presencia constante en ellas nos presenta la naturaleza de estos Xenomorfos desde un punto de vista fijo; que son la ultima etapa del alien adulto que adquiere las características del huésped donde se albergó, permitiéndoles a estos seres adaptarse a su entorno.
Alien maneja una narrativa compleja que nos plantea interrogantes como si será que la fusión genética entre el alien y el ser humano son la respuesta para la supervivencia de la raza humana en el espacio; un tema que se abordará a lo largo de todas la secuelas de esta franquicia. Sin embargo, no será algo tan fácil de implementar debido a los cambios en la dirección creativa que se manejan y el desbalance en el uso de efectos visuales y su historia.
La variedad de directores que han dirigido las películas: James Cameron, David Fincher, Jean-Pierre Jeunet, Fede Alvarez y Ridley Scott quien ha dirigido hasta tres películas: Alien (1979), Prometheus (2012) y Alien: Covenant (2017), le han dado una perspectiva y han abordado el universo de Alien cada uno desde su visión.
Desgaste de la narrativa
Sin embargo, Alien: Romulus (2024) ha sido criticada mayormente por este tipo de desbalances, entre sus efectos visuales y la forma en la que decide abordar el universo de Alien. En esta ocasión la última película de Alien ha sido criticada por su uso excesivo de efectos y la falta de innovación en su narrativa. A pesar de que el presupuesto de Alien: Romulus fue de 80 millones de dólares, ha recibido comentarios negativos por la falta de profundidad en sus personajes, la carencia de motivaciones claras y el ritmo irregular de la película.
La última película de Alien nos plantea una narrativa parecida a las primeras películas de Alien; la supervivencia de los protagonistas en un ambiente alienígena. Sin embargo, seguimos sin entender la relevancia de los personajes en la historia y su impacto en el universo de Alien.
Caso similar al de Ridley Scott con Prometheus (2017), nuevamente nos presenta a personajes complejos entre ellos Elizabeth Shaw una arqueóloga y científica lidera la exploración de la nave Prometheus para encontrar los orígenes de la humanidad con su pareja Charlie Holloway. Durante el desarrollo de esta película, no se exponen nuevas características de los aliens. En esta precuela existe un desbalance entre entender el origen humano, la evolución del Alien y no vemos un desarrollo completo de nuestros protagonistas para el final de la película.
A pesar de que Prometheus (2012) fue la más significativa en cuanto al uso de efectos digitales, y logró deslumbrarnos con el espectáculo visual la narrativa carece en cuanto a la evolución de sus personajes no queda claro la respuesta a las preguntas que los protagonistas plantean: ¿De dónde venimos? ¿Por qué nos crearon?
Con un parecido en esta falta de narrativa, Alien Romulus La historia de Alien Romulus nos presenta a Rain, parte de la tripulación de jóvenes de la nave Betty, busca salir del planeta Romulus con Andy, un androide viejo que fue recuperado y reconstruido por su papa antes de fallecer, que buscan salir de su planeta Romulus, al ser negada su solicitud. Junto con Tyler, Kay, Bjorn y Navarro descubren una estación espacial abandonada pero a medida que exploran, se darán cuenta que no están solos.
“Los personajes en una película deben ser definidos a través de sus acciones, no a través de sus palabras. La verdadera esencia de un personaje se revela en lo que hacen, no en lo que dicen” (Mamet, On Directing Film, 1991).
Esta última película de la franquicia, se enfoca en los seis protagonistas y no nos plantea nuevos factores de la evolución de los Xenomorfos. A pesar de ello, la película cuenta con muchos personajes estereotipados, como Kay hermana de Tyler; que se encuentra embarazada y busca escapar del planeta Romulus para darle una mejor vida a su futuro bebé, este factor solo es presentado para introducir al personaje y no tienen mayor relevancia en la historia.
Asimismo no se profundiza en el personaje de Bjorn, quien muestra un desprecio hacia los androides, dado que un humanoide sello las minas causándo la muerte a su mamá. Así, se plantean eventos que parecen no tener impacto en la trama o en los mismos personajes.
Algo que a los fanáticos les hubiera gustado ver, como un caso similar en Alien Covenant (2017), en la que Riddley Scott intentó incorporar Prometheus. Covenant retoma el dilema de la inteligencia artificial y el ser humano, así como también presenta una nueva versión del alien, llamada Neomorfo, el parásito de esta variante se encuentra en las bacterias provenientes del planeta. Nos presentan por primera vez a estas criaturas como resultado de una serie de experimentos biológicos con apariencia más robusta, más veloces y agresivas que los aliens que nos han presentado anteriormente.
Algo que causó contradicciones en la base de fanáticos que tiene esta secuela, ya que cada película nos ha revelado una parte del universo de Alien y los Xenorfomos que se encuentran en él. En Aliens (1986) nos presenta al Xenomorfo como un ser social, que habita en colonias y que posee una Reina. En las siguientes películas; Alien 3 (1992), Alien Resurrection (1997), Prometheus (2012) y Covenant (2017) se desarrolla su evolución acelerada, las clonaciones y sus mutaciones.
A pesar de que el uso de efectos prácticos; animatrónicos, maquillajes, prótesis y modelos en miniatura, que genera nostalgia y remonta a los fans de esta franquicia a sus orígenes, la implementación deja mucho que desear según varias críticas. Decepcionando a las expectativas de un espectáculo visual después de 7 años del último estreno de la franquicia.
Es frecuente que en la franquicia de Alien encontremos desequilibrio entre el uso de efectos especiales o prácticos y la narrativa. Un factor importante ha sido que los directores que han implementado su visión a la franquicia han sido distintos cada película, provocando que la narrativa y el enfoque que se le da a cada película varíe.
Los seguidores de esta saga ansían saber más acerca de estas criaturas desconocidas y lo qué las motiva. Por lo que existen las cuestionantes si próximamente se presentarán nuevas variantes o mutaciones de estas criaturas. Al igual que la implementación de efectos digitales que beneficien a la narrativa.