#Vintage909: Bocanada, 20 años de melancolía
Este sábado 28 de febrero en #Vintage909, recordaremos lo que muchos consideran la obra cumbre de Gustavo Cerati, el nostálgico y ambiental Bocanada, que cumple 20 años el próximo 28 de junio.
Desprenderse de la aflicción y la costumbre puede necesitar de varios respiros, inhalar aire o humo y exhalar memorias hasta que se esfumen. Gustavo Cerati, además de varias bocanadas, necesitó componer un disco sublime para lograr el desapego y el resurgimiento como un sólo ser: un artista que por sí sólo pudo lograr magia y, a la vez, una persona entera que fuera del medio artístico, necesitaba reencontrar su identidad y su camino.
Si bien no fue su primer disco como solista, ya que antes había lanzado el Colores Santos (1992), álbum colaborativo con Daniel Melero, y su primer disco en solitario, “Amor Amarillo” (1993), las situaciones en su vida sí presentaban una soledad nueva, interesante, dolorosa, pero al fin y al cabo provechosa creativamente.
Hacía dos años que se había separado de Soda Stereo y acababa de divorciarse de Cecilia Amenábar, con quien tuvo a sus dos hijos. La tristeza y búsqueda de rumbo que podemos percibir en Bocanada, fue un conjunto de esas situaciones. Pero Cerati no lo sentía completamente devastador, también percibía tintes de ilusión, una especie de puerta al futuro, un camino sensorial que al final desemboca en un aire nuevo y diferente.
Uno de los grandes logros del disco es transportar al oyente a diferentes escenarios, no sólo basándose en la letra, la música por sí sola nos hace navegar en diferentes ambientes y estados físicos. Por ejemplo, el agua está presente en varios momentos del álbum: “recuerdo el mar…” canta Gustavo en “Engaña”; en “Bocanada”, al finalizar la parte principal, la canción evoluciona a una especie de epílogo sonoro rodeado de olas de mar, campanillas de viento y un piano; y en “Río Babel” implícito hasta en el título el “fluir sin un fin…”
En su introspectiva búsqueda y reencuentro de identidad, Gustavo logró conjugar distintos géneros como el triphop, el funk y un momentáneo sabor a mambo, hasta incursionar por primera vez en un track completamente sinfónico. Alimentó aún más su amor por la experimentación electrónica y los sampleos que se convirtieron en un elemento muy recurrente durante todo el álbum. En Bocanada coexisten diferentes estados de ánimo, pues se juega con la tristeza, la ira, la sospecha y hasta la perversión.
Un álbum recomendable para cuando se está languidecido en un día lluvioso, ya que se convierte en difusor hasta cuando los pensamientos están nublados, a la vez que simboliza un destello esperanzador después de la tormenta.
No se pierdan nuestro #Vintage909 remembrando los 20 años de Bocanada de Gustavo Cerati, este sábado 23 de febrero a las 17:00 horas.
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