Por: Jano Cachimbo (Janox_V)
En el imparable viaje de descubrimiento por los sonidos del mundo, el empedernido melómano británico Gilles Peterson, nos entregó en la última mitad de este año su segunda compilación dedicada al embeleso de las mixturas que habitan en los ritmos cariocas.
Esta entrega continúa justo en el punto donde concluyó Bam Bam Bass, su primer álbum dedicado a la nación amazónica, sólo que esta vez explora una de las espinas que tenía clavada en su espíritu de coleccionista. En 1959 la orquesta de José Prates lanzó la joya Tam… Tam… Tam…! LP influenciado por el candomblé y la macumba; ritmos que evolucionaron desde la saudade centenaria de los quilombos bahianos a una delicia para los sentidos bajo la batuta del maestro Prates, en el que se incluye el prototipo de “Mas Que Nada”, que después Sergio Méndez llevaría a la cima del hit parade de nuestro inconsciente colectivo. El mismo Peterson estuvo al acecho de este acetato, llegando incluso a ofrecer recompensa por él en la tv brasileña.
https://www.youtube.com/watch?v=_HKyNhEAc7w
Tam… Tam… Tam…! Reimagined, Como su nombre lo indica, es una compleja reinvención que cuenta con la colaboración del trombonista Daniel Casimir, el virtuoso Moses Boyd en la batería y Kassin, mejor conocido por ser miembro de la Orquesta Imperial de Río, quienes junto a Peterson se encargaron de esculpir una nueva identidad sonora y lírica a este clásico perdido de la música brasileira 57 años después de ser parido en el estudio.
Cuando llegó el telegrama anunciando la recompensa de Gilles por el vinilo de José Prates y la noticia se esparció a los oídos de los moradores de Jucapó, por su puesto a través de la PKJU, las carcajadas de Su Majestad, el Marajá, sonaron en cada recoveco del palacio. Después de serenarse y de que disfrutáramos del resultado final, nuestro mecenas complacido, mandó a su guacamayo Jacinto (desde su zoológico privado) a la ubicación del Dj británico, invitándolo a la isla a degustar del funcionamiento de su vitrola con el vinilo auténtico de Tam… Tam… Tam…! por si fuera poco, autografiado por el maestro José Prates. A nosotros nos comisionó en una expedición a la fonoteca para buscar el tesoro que sólo Peterson podrá escuchar… ¿Se lo regalara nuestro magnánimo Marajá?
¡Aloha, Galera!