¿Qué esperamos del Vive Latino 2017?

Este jueves 10 de noviembre del 2016 a las once de la mañana se anunció el line up oficial de la décimo séptima edición del Vive Latino. Según el diseño del cartel, algunos de los nombres a resaltar son: Babasonicos, Enanitos Verdes, Hombres G, Jarabe de Palo, Julieta Venegas, Los Fabulosos Cadillacs y ¿Mon Laferte? Por así decirlo, estos nombres conforman a la mayoría los headliners del festival. En realidad hay mucho que decir y no. Lo bueno de las bandas.

El festival nació como un referente del rock en nuestro país, conforme se desarrolló, para las bandas se convirtió en un honor tocar en él y hasta en un reconocimiento a su trayectoria. De alguna manera esto sigue siendo así, de lo contrario nadie quisiera presentarse sobre sus escenarios. Algunas de las bandas que se bautizan este año en el Vive son Candy, LNG/Sht, Chingadazo de Kung Fu y Jazmín Solar. Es bueno tener proyectos de calidad en el cartel, proyectos con materiales frescos y que cada fin de semana tienen presentaciones donde promueven su talento.

Lo malo de las bandas.

¿Cuántas veces hay que ver los mismos nombres en un cartel? ¿Qué pasará cuando se separen (otra vez) los pilares del Rock en tu idioma? ¿Y si la gente se cansa de corear "A dónde van los muertos"? Todo puede terminar en un "Microdancing".

Lo bueno del público.

Si bien el Vive Latino dejó de ser un festival especializado para un determinado sector de la población, siempre habrá un público que no ha disfrutado de la presentación en vivo de su artista favorito. En épocas de redes sociales es muy fácil expresar un descontento de primera mano, pero si en realidad a nadie le gustara el cartel, entonces, quiénes son esas personas que agotan los boletos.

Lo malo del público.

Muchos piensan que es obligación de la organización de un festival satisfacer las necesidades musicales de todos y cada uno de sus asistentes. Es evidente que esto resulta imposible y por desgracia, el público se indigna, se ofende y lo peor de todo es que se transforma en un ser intolerante. Si algo no es del agrado de alguien, es muy fácil dejarlo pasar y a los que si les gusta dejarlos disfrutar y más en esta era donde brotan los festivales por doquier. Ahí está el Corona para los más internacionales, ahí está Nrmal para los más modernos y de culto, ahí está Ceremonia para los mas trendy y atascados, ahí está Bahidorá para los más electro-fresh, ahí está Marvin para los más indie. Con tanta diversidad a veces no se entiende el hate. Ya si de plano ninguno es del agrado, pues hay que mudarse de ciudad y ahí está el Coordenada en GDL o el Live Out en MTY.

Lo bueno del festival.

Recuperó su verdadera esencia de Festival iberoamericano de cultura musical, solo que no ha encontrado el equilibrio entre lo establecido, lo nuevo y lo desconocido. ¡Ah! También de última hora se sumó Justice al cartel, lo cual no cambia mucho la situación.

Lo malo del festival.

Entró en una dinámica de monotonía donde juegan los asistentes, la música y el venue. Habría que pensar cómo renovar un festival con diecisiete ediciones en su haber.

A fin de cuentas el festival es una celebración musical y cada quien es libre de ir o no. Por acá más información sobre los boletos.

 

 

 

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