#PuntaePrix Día 1: “Me regala unos minutos”

Por: Juan José Ramírez Mendoza Cuando la parte inferior de tu cuerpo hormiguea y carece de sensaciones, algo no anda bien. Eso puede ocurrir luego de un recorrido largo. Donde tus piernas y asentaderas estuvieron inmóviles durante horas. Eso, dolor de espalda y cuello es lo que hay que soportar para llegar al cono sur vía Panamá. Ciudad de México a Panamá en un viaje de cerca de cuatro horas. Una vez ahí, tomar otro vuelo rumbo a Montevideo que dura aproximadamente ocho horas, con una diferencia horaria de tres horas más que en México. Una vez en el aeropuerto de Carrasco, en Montevideo, tomamos un coche para llegar a Punta del Este y entonces sí, después de una carretera de 1 hra. llegamos a las tres de la madrugada a descansar un poco para empezar la cobertura del Campeonato Eléctrico de Punta del Este.

Fueron las primeras pisadas en esta tierra, en esta arena que divide el Río de la Plata del Océano Atlántico. Aunque el clima amenazaba con un calor importante, para nuestra suerte, no fue así. Recordemos que en esta parte del mundo casi terminala primavera y en unos días llega el verano. Sudar durante el trabajo siempre complica las cosas. Simplemente, hace un poco incómodo la estancia en cualquier lugar. Pero por suerte, resultó un poco nublado. Para nosotros, los mexicanos, es raro pasar navidad en traje de baño y no con el “frío” tan amigable de la Ciudad de México.

Las actividades comenzaron con un nubarrón de recuerdos para mi. Nuestro hospedaje nos ubica a unas cuadras del circuito y lo más interesante para los turistas, a unas cuadras de la famosa Mano de Punta del Este. Algunos la conocen como “Los dedos de Punta del Este”, construida en 1982 por el escultor chileno Mario Irarrázabal. Me refiero a los recuerdos por que ya tuve la suerte de estar aquí hace varios años y sin mentir; esa Mano, la comida y la gran vida nocturna que tiene Punta, es lo que mejor recuerdo de esta bella ciudad. Cuando vimos la escultura encajada en la arena, uno de los acompañantes con los que viajo se aventuró a decir que “seguramente ahí estará el podio de la Fórmula E o al menos, cerca de ahí”.

Comenzó el uno a uno. El reconocer nuevos rostros y nuevos términos. Así es, queridos lectores. Si la Fórmula Uno y su nuevo lenguaje representó todo un reto para los aficionados y los no aficionados, la Fórmula E silencia e impone a cualquiera. Entre los colegas, se escuchaba sobre los monoplazas, pilotos y circuitos, nada nuevo para la terminología del automovilismo. Pero cuando le tocó hablar a los pilotos o a la autoridades de la Fórmula E, todo cambió. Sobre la sustentabilidad, corriente alterna, corriente continua y más. De hecho, parte del gran orgullo de la categoría es el mote de cómo se hacen llamar en algunas ocasiones, “los coches del futuro”. Ya que buscan reducir las emisiones de CO2, para así encontrar formas de transporte más limpias en la ciudades y sobre todo, más económicas.

Como les decía, luego vino el cara a cara. Conocer a los protagonistas y en menor escala, que ellos nos conozcan. La categoría tiene apenas un año de vida y eso genera un modo de operación muy diferente. Las accesibilidad a los pilotos es completamente diferente a otras categorías y pudimos platicar con varios de los pilotos muy de cerca y palpar sus sensaciones. El primero fue brasileño Lucas di Grassi, de la escudería ABT Schaeffler Audi Sport. “Es un placer estar aquí en Punta del Este porque está cerca de mi casa, San Paulo. Es un fantástico lugar y una fantástica carrera. Malasia fue una carrera realmente loca, pero muy interesante”, comentó el brasileño que suma 43 puntos tras el circuito de China y Malaysia. Muchos de ellos coincidieron, en conferencia de prensa, que es una de las carreras más rápidas por las curvas que tiene. De igual manera una de las más largas. Hablaron sobre el cuidado que habrá que tener con las altas temperaturas y sobre las complicaciones de trabajar en circuitos no permanentes.

El cierre de la jornada fue especial. Lo vi de lejos mientras él terminó una charla que mantenía con un periodista inglés. Me volteó a ver con cara de duda pero amigable a la vez. Mis ojos y gestos decían: “me regala unos minutos”, y él con una sonrisa particular asentó la cabeza. Primero lo vi con cara de desconocido, hasta que me di cuenta que empezaba a platicar con Nicolas Prost, hijo del cuatro veces campeón de la Fórmula Uno, el francés Alain Prost. “Es una gran carrera, donde compites junto a la playa y eso es especial. Creo que el campeonato ha sido muy bueno. Me siento muy feliz de poder estar aquí y competir en Punta del Este”. El francés transmitía tranquilidad. Seguramente por la briza que nos golpeaba lentamente a la orilla del mar. “Fue difícil el inicio de temporada pero creo que puedo sacar un buen resultado este fin de semana”. Ahí, mis preguntas salieron del script y le pregunté cómo incentivaría al público joven a seguir ésta categoría y luego de una risa particular, respondió tranquilamente. “Si tuviera que invitar a la gente joven o los mayores incluso, para seguir de cerca la Fórmula E y en específico ésta carrera, les diría que hay mucha competencia y mucha emoción ya que siempre ocurre algo. Hay un buen clima y las condiciones son inmejorables. Creo que puedo ganar el podio mañana y aunque no ha sido bueno el inicio, tengo confianza en mi”.

 

@JotaJotaRAM

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