Nicaragua: la sonrisa como disidencia
Foto: UniObregon

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Fátima tiene 24 años. Trabajaba con papelitos viejos. Se dedicaba a mirar y clasificar documentos del siglo XIX, un trabajo soñado nos cuenta.

Deambula por el pequeño departamento de Casa Refugio Citlaltépetl, busca una silla para darnos. En su viaje, la acompaña Henry, un campesino de unos 45 años, que no encuentra explicación al encierro citadino y no puede guardar las ganas de cultivar la tierra.

El motivo de nuestro encuentro no es cosa feliz. Vienen  huyendo de Nicaragua, país que desde el 18 de abril de este año se ha sumido en la vorágine de la violencia desmedida, pero también, de la simulación cínica de un gobierno que vociferando palabras de una retórica de izquierda afianzada en un pasado guerrillero. Se ha  consolidado con políticas que despliegan la parte más conservadora de la Iglesia Católica, teniendo una de las leyes más duras contra el aborto así como la fragmentación y el despojo de tierras a campesinos para la construcción de megaproyectos en beneficio de trasnacionales sin estudios de impacto ambiental y de empresas del Estado que han cobijado corrupción y nepotismo.

Entre ellos el gran proyecto que prometió Ortega fue el Canal de Nicaragua, que pretendía ser una unión entre el océano Pacifico y el Atlántico. El cual sería financiado por la firma HKND liderada por el empresario Wang Jing, quien está desaparecido.

Henry: “La parte más afectada han sido los campesinos.  A raíz que se crea en junio de 2015 la ley 8-40 toda la parte donde supuestamente iba a pasar el canal quedó sin presencia del Estado. No había mejoras en la educación, ni en salud, ni financiamientos para los productores…

Totalmente el discurso que siempre ha manejado Ortega es falso, donde él dice que ha velado por los campesinos y por los pobres, él prácticamente hizo todo lo contrario. Vendió las tierras de los campesinos, violar su tenencia de la tierra y los derechos de los pueblos indígenas.

Había una comisión que tenía cinco días para negociar únicamente el precio de la tierra, no la reubicación. Existía una resistencia entre vender las tierras o que nos la quitarán a la fuerza. Entonces se da una lucha, se levantan varias partes como la Fonseca, Tule, Metepe y con participación de muchos sectores de Nicaragua.

Un artículo de la ley decía que cualquier parte del territorio si la concesión canalera lo estimaban para la construcción del canal, iba a ser expropiada. Es decir, todo Nicaragua estaba bajo peligro; puso en riesgo la soberanía del país.

Los campesinos en ningún momento están en contra del Desarrollo, estamos a favor del Desarrollo. Siempre y cuando se haga a través del plebiscito, del sentimiento del pueblo de Nicaragua.

Entonces, ¿Qué paso? Llegaros muchos chinos y acompañados del ejército y la policía antimotines, entraban a la finca sin consultarle al dueño de la propiedad“.

Dichas políticas económicas nos hablan de una falsa postura de izquierda que sólo tiene cimientos en la vieja ilusión y se inscribe como retórica que pervierte su sentido a conveniencia. Daniel Ortega no duda en usar a Dios como baluarte de su  política de despliegue de violencia o los grandilocuentes discursos de utopías socialistas que se convierten en el pretexto para asumir toda crítica como golpe de Estado.

Foto: La Prensa

Foto: La Prensa

¿Acaso  el ánimo de la izquierda  no debiese ser siempre la autocrítica? El discurso del gobierno Orteguista podrá aparentar tener incentivos de justicia social, pero utiliza la institucionalidad del Estado para mitigar cualquier crítica y crear alianzas con los sectores más conservadores de la sociedad. Como lo fue su alianza con el Cardenal Miguel Obando, que paso de ser su enemigo acérrimo durante la época guerrillera de Ortega a casarlo con Rosario Murillo vicepresidenta de Nicaragua. Negociando y otorgando la política más dura contra el aborto.  Por ahí dicen,  París bien vale una misa

Frente al panorama de violencia e inestabilidad en el país centroamericano, la empresa privada ha decidido que la salida adelantada del presidente Daniel Ortega, les entregará la tan ansiada movilidad social que se necesita para la continuación de la producción y el consumo. Declarando, de acuerdo a un artículo de El País, “Los empresarios nos equivocamos con Daniel Ortega” El líder del Consejo Superior de la Empresa Privada (de Nicaragua) confirmó la ruptura de la patronal con el presidente nicaragüense. “Necesitamos una salida adelantada del Gobierno lo más pronto posible”, dice

Mostrando la ambivalencia del sector privado que hasta ahora se había mantenido en una Santa Alianza, en conjunto con la parte más conservadora y ortodoxa de la Iglesia católica. Entonces, Ortega, se alió con los enemigos “naturales” de la propuesta sandinista, eso sí; sin dejar de llamarse sandinista y un soñador de izquierda.

Lo cual nos ofrece un absurdo. Podemos enunciar las palabras que nos remiten a un recurso ideológico específico. Y en nuestras acciones gubernamentales entrañar lo que más decimos odiar.

De ahí, podemos disponer que la disparidad entre realidad y discurso, ha llevado a los nicaragüenses a un panorama complejo, teniendo que devenir en un movimiento amplio que recorre todos los sectores de la sociedad. Nacido sobre todo, del movimiento campesino que se ha mantenido resistiendo y ahora, a los estudiantes que fueron la llama catalizadora.

Lo que nos indica que, es la propia realidad en su sentido de experiencia lo que es carne para la búsqueda de nuevas ideas y sobre todo, de la necesidad de apropiarse del espacio político. Dándonos los nicaragüenses una lección de la autodeterminación, sin la necesidad de un líder supremo o mesiánico, es la propia vida el incentivo para organizarse con otros. “Autoconvocados” se denominan.

¿Qué nos obliga a dejar la fácil cotidianidad de nuestra vida, para salir junto con otros buscando un cambio político? Me pregunto esto, porque no debe ser un hecho tan fácil el que provoque que miles salgan a las calles. Es en definitiva un proceso largo de cansancio, de cargar con la pobreza, con la imposibilidad y sobre todo, con las canalladas de unos pocos sobre muchos.

La vida como la venían viviendo se rompió. Pero nada se detuvo.

Fátima: Hace como 4 meses cuando empecé a ver que la gente se iba pensé que nunca me iba a tocar, porque tenía planes, tenía proyectos. Yo y mis amigos creíamos que teníamos futuro prometedor y cosas por hacer.

Queríamos salir de Nicaragua, pero para estudiar. Cuando comenzó todo sentimos que era el límite emocional, pero esto se ha extendido. Pensamos que los muertos eran suficientes, ver las balas, luego eran los presos y después tener que salir y dejarlo todo. Lo único que cargamos era nuestra maleta con algo de ropa.

Creo que si vamos a quedar marcados para toda la vida y creo que nuestra vida siempre va a girar en función de esto. Yo no he dejado de soñar prácticamente lo mismo todas las noches; ataques policiales, gente presa e imaginar regresar… Yo sé que, aunque nos vaya la vida en ello por muchos años vamos a seguir luchando hasta ver esta gente presa, que los culpables paguen.

He ahí donde se ve la real catástrofe. No es en el incumplimiento de los discursos históricos que llenan los anaqueles inmóviles, sino  las vidas rotas. En los momentos fragmentados de las existencias que quedan en medio de un ideal de libertad que los obliga a ser golpeados, torturados, asesinados. La catástrofe, es la perdida de la posibilidad de ser feliz.  Es quedar arrojado en la nada de la distancia obligada hacia lo  amado.

No es la Historia como elemento abstracto la que es responsable de los hechos detestables, somos nosotros. Como partícipes de procesos económicos, políticos y sociales. Por tanto, nuestra responsabilidad se materializa en la urgencia del presente.

Introducción a la Esperanza Luis Felipe Noé 1971 Argentina

Introducción a la Esperanza Luis Felipe Noé 1971 Argentina

Fátima lo entendió, miles de jóvenes, madres, trabajadoras, trabajadores, les llegó esta verdad como una súbita epifanía. Es la libertad, en primer lugar un deseo, una convicción que se convierte en búsqueda y dicha búsqueda, una obligación de acción. La libertad no pide un liderazgo jerarquico, sino una llama de deseo y pensarnos que la vida no debe ser como nos la ofrece la inacción.

Daniel Ortega, utiliza el mismo lugar donde Somoza torturaba y apresaba a los disidentes. El Chipote, prisión que queda como paredes sofocantes a cualquiera que se atreve a mirar distinto. Hace 40 años Somoza prohibió cualquier tipo de protesta, hace dos semanas Ortega hace lo mismo. El simple hecho de salir con una bandera azul y blanco, es motivo para ser arrojado a las frías paredes de la prisión que tiene como costumbre acallar las voces.

Foto Venceremos

Foto Venceremos

El 2 de Julio del 2018, llegó el GIEI mandado por la CIDH, aún cuando fue aceptado por el gobierno de Ortega, no se le dieron los documentos ni los informes necesarios para poder evaluar las acciones del Estado y cómo han canalizado los procesos gubernamentales hacia los presos y manifestantes. Sólo a partir de entrevistas con víctimas han develado sus conclusiones.

Para el GIEI, después de que el gobierno de Ortega hizo la “Operación limpieza”, es decir, la desmantelación de los tranques que fueron puestos por las distintos departamentos de Nicaragua. La represión ha tomado otro carácter: “a fines de julio del presente año, y después de los operativos de limpieza y desmantelamiento de los tranques en todo el país, se habría intensificado una forma de represión selectiva y masiva contra manifestantes, mediante detenciones arbitrarias e ilegales. A fines de agosto, esta represión se estaría enfocando en criminalizar a líderes sociales y estudiantiles, a través de privación de libertad, y el consecuente inicio de procesos penales.

Ser joven es prácticamente una sentencia en Nicaragua.  Al apresar a los estudiantes universitarios se les añaden los delitos, de: narcotráfico, terrorismo, portación ilegal de armas y entorpecimiento de servicios públicos. Entre ellas, Amaya Coppens, se dibuja como un caso icónico. Fue encarcelada, se le imputaban siete cargos. Fue detenida por policías con la cara cubierta. A sus pies se desplegaba un montón de armas de alto calibre. ¿Ella? Sonreía.

Amaya Coppens Foto de Babalublog.com

Amaya Coppens Foto de Babalublog.com

¿Cuál es el valor de una sonrisa? Pareciera un recurso demasiado fácil, cuando las selfies se realizan a millones por segundo, en este afán de multiplicarnos y crear una presencia en el espacio digital. La sonrisa parece un recurso obligado, como si la felicidad fuera un elemento indispensable para esta identidad digital que tanto nos esforzamos por perfeccionar.

A pesar de ello, la sonrisa se esfuerza por resistir como elemento de una genuina experiencia. Se empalma en el saborear de un caramelo, la llegada de alguien amado o en los ánimos de cambio político de unos chicos universitarios en  Nicaragua.

Fátima contaba que muchos de sus amigos, al ser presentados cuando eran detenidos; catapultaban su encierro con una sonrisa. Una que nos habla del orgullo que es salir a la calle, protestando, ejerciendo su derecho y sobre todo, proponiendo.  ¿Quién diría que sonreír  es disidencia?

Amaya Coppens.jpg

Amaya Coppens. Tiene 23 años. Ella sonríe, mientras es declarada como terrorista por el gobierno de Daniel Ortega.

Fátima sonríe débilmente. Sabe que no puede volver, pero lo desea fervientemente. Henry, desespera entra la cumbre del cemento de la ciudad. Pide sólo su pedazo de tierra y trabajar. Fátima se ilusiona con imaginar el destino que le arrebataron. Ya no volverá.

Lo saben ambos. Nada será como pensaban hace unos meses. Y su acto de valentía está en aceptarlo. No rendirse. Desechan la gran retórica por la exigencia de la acción. Salir a las calles, haciendo valer ese espacio como genuinamente público. Es decir, como el sitio donde se construyen los proyectos colectivos y éstos son compromisos. Por ello, “Autoconvocados” se nombran. Porque no están obligados por la institucionalidad estéril o las retóricas siniestras, sino por autodeterminación de la voluntad.

Escribo los nombres de sólo unos pocos: Amaya Coppens, Elsa valle, Irlanda Jerez, Byron Estrada, Edwin Carcache, Carlos Valle, Levis Rugama, Luis Quiroz, Nahirobi Olivas, Olesia Muñoz, Pedro Mena, Victoria Obando, Yaritza Rostrán…

* Foto de portada: Getty, tomada de hedailybeast.com

 Aquí el reportaje, con las voces de Fátima y Henry.

Tamara y la Catarina

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Bailongo Bohemio: L'Chaim

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