Uno de los grandes terrores de Dan Smith en el lejano 2010, era tener un proyecto musical que sonara a mero ruido, que fuera vacío y que a nadie le moviese ni un ápice Hoy en día con más de cuatro discos y 17 sencillos que encabezaron listados del todo el mundo, podemos decir que Bastille ha superado el mayor pavor de su líder y vocalista, quien actualmente es referente de su generación y un modelo a seguir dentro de la escena indie contemporánea.

La agrupación inglesa ha demostrado ser consistente y explorar su sonido sin salirse del todo de su característico estilo, que con cada disco o colaboración nos sorprende integrando sonidos del pasado como son los legendarios Haircut 100, hasta Calvin Harris. En pleno 2018 Bastille dice ya no tener miedo de hacer ruido sino de no crear composiciones que le signifiquen algo a la gente, por eso su último sencillo, “Happier” es un himno al cambio, al hecho de hacer lo correcto, a escoger mejor nuestras palabras y a sonreír más, es la voluntad de la banda inspirar a los jóvenes a buscar la felicidad en cada decisión y acto que desarrollen.

Smith, se ha puesto como meta desde el lanzamiento de “Glory”, componer historias, más que canciones y utilizar la música para llevar su mensaje al corazón y piernas de su audiencia, así lo expresó en una entrevista para el afamado diario británico, The Guardian, donde mencionaba que le interesa sembrar esperanza en el corazón y ritmo en las extremidades de las personas, que no se pudieran sacar de la cabeza aquellas estrofas y notas, que todo aquello les motivara a bailar o al menos ponerse en marcha.

Estamos seguros que en el próximo Corona Capital no sólo se corearán todas las estrofas y estribillos de sus populares canciones, sino que también veremos hordas de chicos compartir sus momentos o stories en Instagram al minuto en que suene “No Angel”, así como todo el teen angst que nos conmueve con una dosis de dulces anhelos en el instante en que se escuche “Requiem for Blue Jeans”, en la que todos nos sintamos como James Dean desgarrados por ese amor ardiente no correspondido, aunado a la promesa de un mundo mejor que es desconocido pero excitante.

Por: Carolina Payan.