Maestros y maestras en resistencia
Por: Ginger Jabour
En verano del 2016, el subcomandante Galeano en su misiva Las lecciones de junio, escribió:
“Es el tiempo de las maestras y maestros en resistencia. Es necesario y urgente estar con ellas y ellos”.
Cuatro años después, esta frase se reaviva: nos enfrentamos a la más grande lucha magisterial, no sólo en México, sino en el mundo. Además de los impactos económicos y sociales que impone la pandemia del COVID-19, poco se habla en los medios sobre los maestros, maestras y estudiantes, que también han visto transformada su realidad a partir del distanciamiento de las aulas. ¿Cómo ha sido llevar las aulas de lo físico a lo virtual? ¿A qué retos se enfrenta el magisterio y el estudiantado frente a esta nueva modalidad en línea? ¿Qué sentimientos inquietan a las comunidades académicas y escolares en estos tiempos?
Agenda Ibero decidió abrir un espacio para Carlos Hernández Dávila y Selma Rodales, profesores de la Universidad Iberoamericana, y a la Dra. Hilda Patiño, directora del Departamento de educación en dicha institución, para que expresaran sus pensamientos acerca de la nueva modalidad de clases en línea.
Los tres profesores concuerdan en que uno de los mayores retos es lograr un debate y pensamiento crítico en los alumnos: “la riqueza de la educación es partir del principio de que todos tenemos algo que enseñar a los demás”, asegura Carlos.
También concuerdan en que no todos los alumnos cuentan con las mismas capacidades materiales para poder llevar a cabo las modalidades en línea. ¿Tendrán internet en casa? ¿Una computadora privada? ¿Un lugar donde conectarse? “Asumimos que las condiciones de nuestros alumnos son exactamente iguales, pero no lo son.”, dice Selma. Por otro lado, la Dra.Hilda señala que es importante considerar que “el tiempo en línea no es equivalente al tiempo real”, y que hay que evitar saturar a los alumnos.
También hablaron sobre las que consideran que son algunas de las ventajas de esta forma remota de enseñanza. Una de ellas, por ejemplo, es que puede ser un buen espacio para aquellos estudiantes introvertidos, ya que pueden desenvolverse sin enfrentarse al “pánico social”, como dice Selma.