Leto: Rock & Roll soviético para la lucha contra el sistema
“¿Sobre qué cantas tú? ¿De qué va tu rock & roll?”
Mayk Vassilievitch, estrella de rock durante el comunismo de la Unión Soviética en Rusia, se presenta en El Club del Rock para tocar versiones moderadas de sus canciones. Debido al monitoreo por parte de la KGB, los shows de rock & roll eran controlados bajo un régimen de orden. Nadie podía mostrar entusiasmo dentro del público, levantarse de sus asientos, ni mucho menos bailar o cantar.
Un día celebrando en una playa casi virgen, donde nadie puede ver los verdaderos efectos del rock & roll, Mayk conoce a Vyktor, un joven apasionado y aspirante a ser una estrella. Mientras su amistad crece, la cercanía de Vyktor y Natasha, esposa y madre del hijo de Mayk, se convierte en una intimidad emocional. Mayk, al tanto de esta situación, decide no dejar de apoyar a Vyktor, quien ahora no es sólo su pupilo sino también su amigo.
En su última cinta, Kirill Serebrennikov crea una atmósfera llena de nostalgia. El blanco y negro y el uso de lentes anamórficos en un aspecto 2:39:1, nos recuerdan a una visión proveniente desde los inicios del cine ruso convertido en poesía de Tarkovsky. La contemplación de los largos paisajes naturales en los bosques y playas, hasta la increíble ambientación de la década de los ochentas en la ciudad.
El fotógrafo Vladislav Opelantys nos envolvió en un contexto donde la música pareciera estar de luto y busca resurgir desde los lugares donde fue enterrada. La música extradiegética, en manos de Roman Bilyk, converge de manera exacta con la música diegética “creada” (composición original de Gavril Kim) por los personajes de la historia.
Aunque las melodías de Mayk y Vyktor son alegres y festivas, el score de Bilyk raya en la melancolía y la pesadumbre. La mezcla perfecta para alcanzar el verdadero contexto de la trama: por fuera se disfruta, por dentro se lamenta.
LETO es una triángulo amoroso entre la música, la juventud y la libertad de expresión. Mientras que se prohibía el rock & roll y el punk, por sus letras sobre vandalismo, drogas y sexo, un grupo de jóvenes le devolvieron esa voz que les habían arrebatado. Sin nada que perder, se sumergen en una lucha contra el sistema y nos dicen “cuando te prohiban hablar, hay que gritar”.