En la guerra y en la negociación ¿Todo se vale?
La famosa guerra comercial entre los dos gigantes económicos continúa escalando, y esto debido a que entre amenazas y represalias, tanto Estados Unidos como China, incrementaron sus aranceles mutuamente hasta un 25% sobre distintos productos.
El desacuerdo entre ambas economías, abarca una disputa por temas desde la propiedad intelectual, hasta la transferencia de tecnologías e inversión; el tema de los subsidios, el acceso a los mercados y el superávit comercial por parte de China, tema en el que Estado Unidos acusa al gigante asiático de utilizar medios desleales; como la manipulación de su moneda para obtener beneficios comerciales injustos.
La cuestión en este escenario radica en que ambos países se encuentran tan concentrados en probarle al otro su capacidad comercial, y hasta qué tanto puede llegar, que se olvidan de todas las repercusiones que traen en las distintas economías a nivel internacional.
Muchos economistas y expertos estiman que el comercio mundial se verá reducido en un 0.5% aproximadamente por cada 100,000 millones de dólares en importaciones que se vean afectados por los aranceles. Lo anterior puede verse altamente reflejado en los riesgos que existen para el crecimiento económico internacional.
A pesar de que se han hecho intentos de acercamiento para poder llegar a un punto medio que favorezca a ambas economías, como la reunión del subsecretario de economía de Estados Unidos, David Malpass, y el viceministro de comercio de China, Wang Shouwen; los esfuerzos parecen ser poco claros y efectivos.
Parece pertinente que ambas economías consideren otros factores de la arena internacional al momento de sentarse a hacer negociaciones, evitando tendencias proteccionistas, prácticas desleales y sobreponer intereses económicos nacionales frente a regulaciones y normas internacionales.