El arte es un reflejo de la subjetividad de un individuo dentro de una sociedad. Es por esto que el cine tiene la capacidad de contar historias que trascienden la pantalla para envolver la vida y la cotidianeidad. Bajo una premisa similar, el director mexicano Joaquín del Paso aborda el caos colectivo, la descomposición social y la incertidumbre presente en México desde una perspectiva laboral y cómica en Maquinaria Panamericana (2016).
Maquinaria Panamericana ha ganado los premios a mejor largometraje mexicano en los festivales de cine de Guadalajara y Guanajuato.
Ibero 90.9: ¿Se pueden traducir algunas temáticas de la película a un ámbito social y político dentro de México?
JDP: "La película habla sobre muchas cosas, pero sobre todo habla sobre el caos colectivo. Sobre un grupo de personas que tiene pánico a enfrentar la realidad que está allá afuera. A la vez puede ser una analogía del estado tan precario en que vivimos los mexicanos de estar todo el tiempo en un punto de incertidumbre muy impresionante donde puede pasar cualquier cosa al día siguiente y no nos sorprende, estamos listos para cualquier catástrofe.
Todo esto es gracias a la política, a la manera en que los políticos han corrido a este país. Cómo se ha manejado la educación, cómo se ha manejado el empleo. Todo es una analogía, cuando haces una película sobre un grupo de personas, y no sobre un sólo individuo, instantáneamente hay un análisis sobre el colectivo".
Ibero 90.9: La película fue rodada dentro de una fábrica real. Muchos de los personajes que aparecen en pantalla son trabajadores de la misma fábrica. ¿Cómo es trabajar con actores no profesionales e integrarlos con actores profesionales?
JDP: "Para mi el reto fue integrar a los actores profesionales en un mundo que es real, que existe y que yo me siento muy cómodo con el. Me gusta trabajar sobre todo con no actores, porque yo los escojo por su forma de ser, por su personalidad, por su rostro. El reto fue poner a los actores que están acostumbrados a hacer una interpretación de ellos mismos, el reto fue poder capturarlos como personas no como actores. Fue interesante".
Ibero 90.9: ¿Cómo percibes la industria cinematográfica mexicana desde la producción y el consumo de películas?
JDP: "Para la producción yo digo que estamos en un punto muy privilegiado, donde cualquier persona con una idea sólida y real puede hacer una película. Hay incentivos fiscales, hay fondos del gobierno, hay además fondos para la escritura y para el desarrollo. Es un país que se preocupa por que los cineastas puedan seguir produciendo y puedan seguir sus carreras, porque es bastante dificil.
Es dificil porque la segunda parte que es la exhibición y la comercialización de las películas está realmente viciada. Es prácticamente imposible ganar dinero con tu película, es prácticamente imposible poder tener una película exitosa y que esa película sirva para producir otra. Eso a pocas personas le pasa cada par de años. Ese es el bloqueo principal.
Vivimos en una sociedad dañada, dañada en el sentido de que se nos inyecta contenido tonto, que no hace al espectador reflexionar, que no lo hace compartir cosas de sí mismo en la pantalla. Queremos que nos expliquen todo, que nos entreguen todo. Los distribuidores se toman de ese concepto, de que el público mexicano no entiende las películas, no quiere ver nuevas historias, sino que prefiere ver historias americanas tontas. Bloquea de cierta manera el cine nacional. No hay una legislación sólida que permita que las películas permanezcan en la pantalla. No hay una legislación, ese es el problema más grande".