Entre hurtos y espacios estrechos: Una familia insólita
Un niño de siete años entra a un supermercado quien parecería ser su padre. No intercambian palabra, pero se comunican con miradas y señas mientras transitan por los pasillos y observan los productos en las estanterías.
Tras una maniobra con la mano, cae una bolsa de frituras dentro de la mochila de Shota Shibata (Kairi Jō), de la misma manera en la que Osamu Shibata (Lilly Franky) se abastece de fideos, dulces y bolitas de gluten dentro de la chamarra. Ambos pasan desapercibidos y se dirigen despreocupados a casa, como si aquel saqueo fuera una parte más de su rutina diaria.
Todo parece estar dentro de la “normalidad” cuando el catalizador de la cinta se presenta aquella noche: una niña de cuatro años se encuentra sola, desprovista de alimento y cobijo; motivo suficiente para que los dos anteriores la terminen llevando a su humilde hogar.
Dicha escena encabeza Shopfilters (Un asunto de familia), la nueva cinta del director nipón Hirokazu Kore-eda, ganador de la Palma de Oro en Cannes 2018.
La película narra la historia de una familia atípica que vive en alguna esquina de Tokio. Cinco miembros habitan la casa de una anciana (Kirin Kiki como Hatsue Shibata) en la que apenas caben, compartiendo su intimidad y subsistiendo de las mínimas ganancias diarias. La dinámica y las relaciones entre los integrantes cambiará a partir de la llegada de Juri (Miyu Sasaki), desde le punto de vista económico, pero, sobre todo, anímico.
Dentro de la trama Kore-eda se desdobla la idea tradicionalista de familia, de los valores y los roles que debería de adoptar cada uno en función de su título. ¿Qué es lo que nos hace ser madre, padre o hijo? ¿Qué es lo que mantiene una familia unida? Es tal vez un lazo sanguíneo, o bien, un fuerte vínculo emocional.
Aunque la situación que vemos es insólita, la narrativa nos acerca a una realidad común desde este núcleo familiar, y de manera íntima. Se da a conocer el contexto actual que vive el país natal del realizador; temas como la desigualdad social, económica y moral son remarcados y cuestionados por cada uno de los personajes dentro de esta ficción que logra jugar con el humor, la empatía y la crudeza de los lazos humanos.