Un toque... ¿para que no nos toquen?
“Las mujeres tenemos que cuidarnos y estar todas protegidas, tomar medidas, ser más conscientes de que estamos en riesgo, de que salir a la calle es delicado… un toque de queda para que las mujeres no salgan después de las diez de la noche”.
Esta fue la recomendación que hizo la diputada local de Morena, Ana Miriam Ferráez, secretaria de la Comisión para la Igualdad de Género en el Congreso de Veracruz el pasado 21 de enero, para prevenir los feminicidios en el estado. Si bien es válido recomendar acciones de prevención en temas de seguridad, es importante reflexionar acerca de las implicaciones de la declaración de la diputada.
En un país donde se asesinan siete mujeres al día según cifras de las ONU, declaraciones como la de Ana Miriam Ferráez refleja lo normalizada que está la violencia de género en el país. Su comentario sugiere que si una mujer llega a ser violentada o asesinada por la noche, la responsabilidad recae en ella por no estar en su casa a cierta hora. Olvidó que una gran parte de los feminicidios ocurren en lugares que las víctimas consideran sus “espacios seguros” y son perpetrados por hombres cercanos a ellas.
La propuesta del toque de queda "femenino" fue recibido con múltiples críticas y descalificaciones en redes sociales y detonó diversos comentarios en contra, que obligaron a la diputada a emitir una disculpa por sus declaraciones:
“Es de humanos errar y con humildad reitero mi ofrecimiento de disculpas a todas las mujeres que se sintieron agredidas por mi declaración; soy la voz de muchas mujeres en este Congreso y lo seré siempre para fortalecer sus Derechos”.
Lo cierto es que nadie debería tener que sacrificar su libertad para salvaguardar su integridad. El mecanismo de la alerta de violencia de género consiste en un conjunto de acciones gubernamentales de emergencia para enfrentar la violencia feminicida o la existencia de agresiones que impiden el ejercicio pleno de los derechos humanos de las mujeres. Este mecanismo se ha implementado dos veces en el estado de Veracruz, sin embargo, las mujeres continúan siendo violentadas.
El resto de los estados de la República viven una realidad similar, y esto se suma también a la posición del presente gobierno que considera que el feminicidio no es un delito grave.
En vez de proponer un toque de queda (comúnmente utilizado en situaciones de guerra) y prohibir la libre circulación de ciudadanos, se deben exigir propuestas coherentes que acaben con la impunidad y mecanismos que verdaderamente resuelvan el problema del país.
Es evidente que se necesitan acciones de prevención, pero este tipo de propuestas en pleno siglo XXI, sólo consigue revictimizar a toda mujer que fue, ha sido, o será violentada en México.