Teto Preto, asombro y confusión
Si bien la curaduría musical de Bahidorá ha dejado muy claro en ediciones recientes su rasgo distintivo de apostar por la diversidad al igual que actos que comunican un mensaje, para sus ocho años el Carnaval se arriesgó a darle peso en el cartel a talento que está envuelto en la cultura afrodescendiente.
Ante nombres como Channel Tres, Erykah Badu, Sister Nancy o Theo Parrish, parecía que había poca cancha para sorprender, pero a Teto Preto sólo les costó sudor para cautivar a la multitud atónita que estaba presente en su show el sábado 15 de febrero en La Estación.
Quizás gran parte del asombro —sino es que confusión— por parte de la audiencia fue detonado desde el principio de la presentación cuando Loic Koutana (L’Homme Statue) gruñía para exigir que le dieran espacio para subir al escenario, puede haber sido observar los cuerpos semidesnudos de Loic y Laura Díaz que en cada momento dictaminaron la cadencia o de plano tener idea de qué estaba sucediendo.
Fue así que en medio de murmullos de personas cisgénero que se reían nerviosamente o se preguntaban si “era hombre, mujer o trans”, otro grupo de individuos escuchamos en su totalidad el álbum debut del colectivo Pedra Preta que fue ejecutado a la perfección por cada integrante de la agrupación.
Es bastante impresionante notar como cada quien contribuye con un rol, desde el uso del cuerpo como herramienta expresiva, las vocales moduladas y en secuencia, percusiones precisas y filosas o las melodías impecables pero juguetonas.
Bahidorá no había tenido algo similar, y no es nada atrevido afirmar que Teto Preto es la presentación más peculiar y desafiante que ha tenido el Carnaval en sus ocho ediciones.
Al final nos quedamos con la sensación de que por más trabajo que tenga la curadora de este evento al igual que el equipo de comunicación para intentar concientizar a su público, depende de cada asistente eliminar cualquier prejuicio para llegar a Bahidorá con una mente sin pensamientos encajonados.