El crujir del suelo, el rechinar de una puerta y el llanto de un bebé a media noche, no es lo único que tiene la capacidad de agudizar nuestros sentidos y hacernos sudar frio. Más de uno ha sido víctima de una banda sonora, y más de uno ha grabado de forma indeleble en la memoria, cada una de las notas de las canciones que aquí presentamos.
Psicosis (1960)
El impacto que causó este trabajo de Alfred Hitchcock no habría sido el mismo, ni habría sido recordado de la misma forma de no ser por la escena en la que la melodía del compositor Bernard Herrmann es usada. El uso de instrumentos hechos de cuerda, hace que sea sencillo evocar el recuerdo de sangre corriendo por la regadera, producto del slasher más conocido en la historia del cine.
El Resplandor (1980)
Ahí estaba Johnny. El tema principal de El Resplandor (1980) compuesto por Rachel Elkind y Wendy Carlos, está basado en “Dies Irae” (Día de la Ira), un himno latino del siglo XIII que describe el día del juicio. En esta fecha se cree, que tras el sonido de una trompeta, se anunciarán los elegidos que se salvarán, y los que serán arrojados a las llamas del infierno. Claramente, es una tonada que evoca a la locura y la maldad.
Halloween (1978)
Un sentimiento de desesperación y horror se despierta con facilidad con el tema de Halloween (1980), donde John Carpenter, además de dirigir, hizo el score de la película. Sin la necesidad de una orquesta sinfónica, y con instrumentos más bien simples como el piano y el sintetizador, se muestra que no se necesita de mucho para que las personas sientan el sudor frío bajar por la nuca.
El Exorcista (1973)
“Tubular Bells” es el nombre de la melodía que creó Mike Oldfield cuando tenía 19 años, y en la que William Friedkin se basó para hacer el famoso y helado tema de la película que por años, ha horrorizado a diversas generaciones.
La Profecía (1976)
El uso de cantos gregorianos en las películas de terror, es una gran forma de saber que lo peor se avecina y Jerry Goldsmith, quien se encargó del score, lo supo al hacer “Ave Satani” (Salve Satán), gracias a la cual ganó el premio Oscar a Mejor Banda Sonora. En la canción, la unión de voces graves y agudas, surge como un presagio que aterra pero que invita a no dejar de ser escuchado.
Después de este compilado de canciones aterradoras y dignas de escucharse en cualquier casa embrujada, es normal querer ver películas de Disney o el final de cada capítulo de Scooby Doo para recordar que todo se trata de personas con maquillaje o máscaras. Sin embargo, si eso falla, una buena opción siempre será cantar el tema principal de la película Ghostbusters (1980) que lleva el mismo nombre, porque sin importar el ser maldito, ¿A quién más llamaríamos?
Por @ara_vzg