La kriptonita de Superman, el talón de Aquiles, ese factor, ese material o persona que se disfraza de debilidad para cualquier superhéroe ha aparecido en distintos puntos no solo de la ficción, sino de la historia.
En la NFL, Tom Brady ha arrasado con la misma en la última década. Desde su llegada a la titularidad en 2001, los Patriotas son el equipo que más veces ha visitado la postemporada, con cinco viajes al Super Bowl y tres anillos en la mano del número 12 de Nueva Inglaterra. Pocos han podido hacerle sombra en la AFC de manera consistente, todos, salvo los Ravens de Baltimore ha quien enfrentarán en el duelo divisional en Foxboro.
En 2009, los Patriotas venían de la peor temporada con Bill Belichik en los controles y con Matt Cassel debajo del centro, por lesión de Brady en 2008. Los Cuervos, por otro lado, llegaron de nuevo a los playoffs después de quedarse a un juego del Super Bowl la temporada pasada y con un joven Joe Flacco como mariscal de campo, quien por cierto, demostró que los QB’s pueden tener pésimas tardes en playoffs y aún así, salir victoriosos. En aquel 10 de enero de 2010, el ataque terrestre de Baltimore fue suficiente para que los Cuervos le sacaran los ojos a Nueva Inglaterra y demoraran el quinto viaje de Brady y compañía al Súper Domingo.
Posteriormente, éstos viejos conocidos se vieron las caras de nuevo, en el mismo escenario que la vez anterior. Aunque en esta ocasión fue con unos Patriotas embalados y primeros sembrados de la AFC, donde ahora el factor sería la carrera de Nueva Inglaterra, tras un 23-20 los Pats llegaron al Super Bowl XLVI donde perdieron con los Giants, otra vez. Y de nueva cuenta, el QB que lanzó menos pases de touchdown siguió jugando la siguiente semana.
Un par de años más tarde, de nuevo estaba en juego el boleto a la final de la NFL en Foxboro, Massachusets. Ray Lewis, símbolo indiscutible de Baltimore hizo su penúltima parada en el tour del adiós y la ofensiva de Joe Flacco se desquitó con 3 touchdowns por la vía aérea, sepultando 28-13 las aspiraciones del “six” en la costa este.
Raiders vs Steelers, Cowboys vs 49ers y Giants vs Patriots son rivalidades que se gestaron lejos de las divisiones, lejos de los calendarios regulares. Se gestaron donde el odio nace por romper la ilusión de una temporada completa, donde los juegos se bordan en la memoria y se sacan a relucir en momentos como este. Con los antecedentes en playoff y una paliza 41-7 en favor de New England, la NFL nos dio primero Baltimore vs Pittsburgh y, tomando prestado un término del argot del otro fútbol, un nuevo clásico en la liga: Cuervos vs Patriotas.
Contigo yo perdí, ya tengo con quien ganar
Cuando Brett Favre partió, primero a Nueva York, la tranquilidad se apoderó de los feligreses del número 4 de Green Bay. No había forma de enfrentarse con el ex equipo, sin embargo, cuando el propio Quarterback se vistió de púrpura en la misma división que los Packers, la ilusión de verlo nuevamente de verde se transformó en odio para la afición, hecho que hasta la fecha, no perdonan en Lombardi Avenue.
En Indianapolis, quizás el aire citadino lleno de smog abre la mente y relaja los nervios cuando se trata de un asunto meramente profesional. Para el #ColtsStrong, Peyton Manning cumplió su ciclo en Indy y Andrew Luck es lo que se escribe en verbo presente. Ahora, ambos se enfrentan por primera vez en postemporada, aunque en esta ocasión será Denver el escenario, la casa del número 18.
Gracias al sistema de competencia, ésta clase de partidos se pueden dar con mayor frecuencia y ya hemos podido ver al Viejo Lobo de Mar, enfrentar al aprendiz, siendo además, un duelo de primeras selecciones globales colegiales de los Colts (Manning en 1998 y Luck en 2012), como vimos a Young contra Montana, Rodgers contra Favre y en la actualidad, Luck contra Manning, siendo este último el primero en derrotar al veterano en su primer cara a cara.
El calendario de 2014, será cíclico para alguno de los dos equipos, pues ambos arrancaron su temporada enfrentándose y uno de ellos la terminará contra el mismo rival, teniendo a Denver como favorito, no solo por el récord y la localía, sino porque siempre el mariscal de campo en los Luck-Manning vence quien juega en casa, además de esa defensiva perimetral de Denver, aunque aquí las estadísticas no juegan y AL ya demostró que sabe ganar cuando las primeras hojas del calendario caen.
Omar García