Día 10 #PasaporteAdidas: Apoyo Incondicional Desde Fortaleza, Ceará
Desde la Copa del Mundo de Alemania 2006, Luis Espinosa supo que el viaje mundialista de apoyo a la Selección de México lo haría por el resto de sus días. Anoche platicamos en una terraza de Belo Horizonte con este apasionado aficionado mexicano que fundó un grupo de apoyo hacia la Selección denominado Sigo al Tri con extensa presencia digital (facebook.com/SigoalTri, en twitter @sigoaltri y www.sigoaltri.mx)
Luis vive en Puebla. El Mundial de Estados Unidos 1994 marcó un sello imborrable en su memoria futbolística. Aquel conjunto nacional lo animó a ser un incondicional de la Selección donde fuere. Asistió con asiduidad a los juegos en el Estadio Azteca. Su vocación viajera germinaba.
En Alemania 2006, con un ahorro de muchos años, se animó con su hermano y un grupo de amigos a iniciar la expedición mundialista de apoyo mexicano que se volvería vitalicia. Una de las experiencias que lo ha marcado fue su visita al Kruger Park, un safari sudafricano en la misma tierra de los animales salvajes.
Él, como muchos aficionados que proceden de la capital mexicana, los estados o de la Unión Americana, no cesan su apoyo en los grandes eventos. Saben que el resultado deportivo es caprichoso, pero su apoyo es incondicional.
Hoy nos regresamos de Belo Horizonte a Fortaleza, un largo viaje de avión que necesita escalas. No hay vuelo directo entre ambas sedes de la Copa Confederaciones. Del céntrico hotel belo horizontino hasta el Aeropuerto de Confins se hace una hora de trayecto y el costo aproximado es de 90 reales (540 pesos) Una de las curiosidades de la terminal aérea de Confins es que la zona de mostradores de las aerolíneas es abierta hacia la calle, donde pasan los automóviles para recoger o dejar a los viajeros.
En nuestra llegada a Fortaleza, nos encontramos con el Fan Fest en la playa de Iracema, una de las más grandes y turísticas de la capital de Ceará. Las medidas de seguridad están a la vista: sin mascotas, armas de fuego, armas blancas, fuegos artificiales, botellas, latas y comida.
El atardecer es una invitación al ejercicio. Cientos de fortalecenses corren en la dilatada playa, tan cercana a la línea del Ecuador.
¡Hasta mañana!