Michael Moore, el militante pacifista
Es evidente que en tiempos de convulsión y conflictos internacionales siempre hay artistas, músicos, intelectuales y líderes sociales que manifiestan sus posturas políticas a través de sus propios espacios de vinculación con sus seguidores.
Ejemplo reciente es Michael Moore, activista, cineasta y documentalista norteamericano plenamente identificado con ideas de izquierda, quien se ha volcado en su red social de Twitter para manifestar su desacuerdo con las acciones del gobierno estadounidense emprendidas en días recientes contra Irán.
Quizá el mensaje de Moore que más ha causado revuelo en Estados Unidos es en el que lamenta la violencia generada por Donald Trump, de quien dice que la mayoría de los estadounidenses, nunca votó. Llama la atención que tal mensaje está publicado en árabe, lo cual confirma el conocimiento de Moore por aquella región del planeta.
En otro tuit que publicó, hacía un llamado al Ayatolá para que, después de los ataques sufridos por Irán, no respondiera militarmente y permitiera a los norteamericanos resolver ese problema de manera pacífica. En otra publicación polémica se preguntó si habría algún general estadounidense por el cual millones de norteamericanos acudirían a su funeral, acompañando su mensaje con una foto de las multitudinarias exequias de Qasem Soleimani.
Sin duda, Michael Moore es conocido por su postura progresista y su visión crítica hacia la globalización o la violencia armada. Entre sus trabajos más representativos están Masacre en Columbine (2002), por el cual ganaría el Oscar a Mejor documental, y donde trata de investigar las causas de la violencia en Estados Unidos. El otro es Fahrenheit 9/11 (2004), en el cual criticó al gobierno de George W. Bush y su decisión de invadir Irak. Finalmente en Sicko (2007) disecciona el sistema de salud norteamericano, en el que, al no existir seguridad social universal, excluye a millones de estadounidenses. Y, por último, el documental de Michael Moore en Trumpland (2016) que estrenó en plena contienda presidencial, donde trató de persuadir a simpatizantes del magnate en Wilmington, Ohio (uno de los estados más republicanos de Estados Unidos) de las perniciosas consecuencias que traería votar por Donald Trump, tratando de convencer al electorado que Hillary Clinton era mejor opción.