Por: Alan Luna
(Agradecimiento especial a Luis Ernesto León por el diseño de la imagen)
Hay noches que son inefables. A veces, poner una experiencia en palabras es una tarea ardua, porque si no lo viviste, quizá no llegues a dimensionar la magnitud de su fastuosidad. El jueves 14 de marzo —para muchos— fue un día nostálgico. Sería la inauguración del Vive Latino 2013, con Svper (antes conocidos como Pegasvs), Centavrvs, Enjambre y Morrissey. Mas por cuestiones de salud, el ídolo inglés tuvo que cancelar su presentación, dejando a muchos cabizbajos dispersados por la ciudad. Mas no era el único evento musical que se esperaba con ahínco. El Caradura estaría a punto de dar la bienvenida a una banda que fue largamente esperada en México, una banda que retuvo la pasión de sus fans tanto tiempo, que esa noche explotaría intensamente.
Love of Lesbian despierta sentimientos de grados impensables. Es tal el fervor hacia su música, que las gargantas no pueden resistir la potencia de los gritos, que los saltos desafían a los músculos del cuerpo y las lágrimas —muchas veces— son incontenibles. Los datos técnicos del grupo dicen que son de Barcelona, que son 5 integrantes, que en su haber tienen 7 discos —3 en inglés y 4 en castellano— y que pertenecen al rock indie.
¿Rock indie es una clasificación suficiente para la música de los lesbianos?
La magia de Love of Lesbian radica fuera de lo tangible y, por ende, un género es inservible. Es un hechizo metafísico que encanta a la mayoría que los escucha. Quizá sea la voz rasposa y grave que recita cuentos inteligentes mientras es arropada por sintetizadores, guitarras, bajos y percusiones de exquisita manufactura. O tal vez sean las mismas letras que ejemplifican situaciones cotidianas que alguna vez nos han ocurrido a todos. O, quizá, sea la textura de las armonías musicales que se adhieren a la cabeza al momento de escucharles. En fin, Love of Lesbian fácilmente se encontraría dentro de ese nicho extraño que algunos denominan “bandas de culto”.
http://youtu.be/f38BDQC6kPs
Todos los raros fuimos al concierto. Una hora antes ya invadíamos la entrada, nadie obligado y todos en éxtasis. Frente al escenario ya cantábamos sus temas, primeras filas: nuestra obsesión. Moverse era casi imposible. Invariablemente te encontrarías con fans que incluso venían desde provincia sólo para ver a su banda favorita. La luz se desmayó. ¿Con cuál van a empezar? A todos nos daba igual. Acertarán.
Los sintetizadores danzantes de “Nadie por las calles” nos hicieron caer en la cuenta que al fin, estábamos viendo a nuestros John Boys y que, como vaticinábamos, acertaron. Luego—y durante todo el concierto— la voz de Santi fue una con la de los asistentes. Gente tomaba fotos, otros tomaban tequila, algunos más tomaban de la mano a su pareja, unos cuántos se tomaban los cabellos o el rostro bañado en lágrimas, en un acto desesperado de los que sólo se presentan cuando hay emoción genuina. "El hambre invisible" continuó con la fiesta, seguida de "Belice". Al fin, podíamos vivir los días que nos faltaban, los de ver a Love of Lesbian en vivo.
Quizá fue una sorpresa —para la banda— que cuando anunciaron “Noches reversibles”, la gente respondiera con gritos de júbilo. Pero las canciones clásicas —en Lima, Reikiavik o el DF— siempre serán bien recibidas. “La niña imantada” continuó el banquete que los mexicanos habíamos esperado por tanto tiempo. “Los seres únicos” nos hicieron gritar por su sensualidad y entonces se presentaría la primera parada de un viaje al pasado. Nos subimos al DeLorean de “Volver al Futuro” para ir a ese brutal 1999. “Segundo asalto” fue una pelea recitada en las voces de todos los presentes. Una pelea de las memorables. “1999” y “2009” se fundieron y todos rompimos ventanas imaginarias para entrar como el aire. Armado con una guitarra acústica, Santi Balmes nos transportó a aquél lugar de voces perdidas, “Allí donde solíamos gritar” fue una interpretación sublime y casi acapella, a la que después se sumó la potencia de Julián, Jordi, Joan Ramon y Oriol para culminar la canción con energía y decibelios hasta el tope. “Las malas lenguas” y sus extrañas bolas de fuego, presagiaron el inevitable fin de una noche mágica pero que todos queríamos que fuese eterna. No obstante, habría una (o más) oportunidad más para fundirnos todos en una voz inmensa. Todos sonámbulos. Todos silbadores. Todos acompasados y participativos generamos “Incendios de nieve” y calor —aunque no teníamos ni lupa ni Luna—, nuestra pasión fue el combustible. Parimparau y el momento mágico, el embelesante, el que se quedará para siempre en la mente por la cohesión de fuerzas tan sublime. Y los lesbianos bajaron del escenario…
… para volver. Los aplausos y los cánticos no cesaron en los pocos minutos que Love of Lesbian no estuvo a la vista. Qué raros todos. Y sí, entonces “Club de fans de John Boy” nos puso a saltar. Qué telépatas catalanes, qué versos tan mortales. “Pizzigatos” significó el poder cantar el nombre de nuestro país a todo pulmón y que Santi se cubriera el rostro con una máscara de felino rosa. “Me amo” fungió como la oda al ser individual que es y otro momento metafísico tendría lugar. “Toros en la Wii (Fantástico)” es la versatilidad musical encancionada, pues hasta un pedacito de ranchera engloba. Todos la esperábamos ansiosos y explotamos cuando escuchamos las primeras notas. ¡FANTÁSTICO! Una voz existía solamente. Nuestra voz lesbiana. Un salto existía nada más. Nuestro cuerpo lesbiano. Y sí, fue fantástico. Pero la despedida estaba cerca. Con los catalanes fascinados sobre el escenario por la bienvenida tan calurosa que les brindó la tierra mexicana y con promesas de pronto retorno, “Algunas plantas” puso fin a la noche prometida, a la inolvidable. La primera noche de Love of Lesbian en México fue en el Caradura. El primer concierto de esa banda de culto en tierras mexicanas se podrá relatar en algún tiempo como un suceso extraordinario —del que pocos afortunados tenemos memoria presencial— pero que seguramente vivirá para siempre en el cofre de recuerdos preciados que inevitablemente guardamos dentro de nosotros como una noche memorable, una de esas noches que son inefables.
Gracias, Love of Lesbian, regresen pronto a su casa: México.
http://youtu.be/LVYVV_V4fPY