De los griegos al Cruz Azul: Lo paranormal en el deporte

Por Omar García @omarrgc
El juego, según Roger Callois, se divide en cuatro categorías: la competencia (agón), la simulación (mimicry), el vértigo (illinx) y la suerte (alea). Francisco Galán, profesor del departamento de filosofía en la Universidad Iberoamericana desarrolló una postura en la que el espectáculo busca mezclar estas categorías: el deporte espectáculo como la mezcla entre una confrontación de la que tiene que salir un ganador (agón) y la simulación de una guerra: uniformes, colores, cantos (mimicry).
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Sin embargo, fuera de la cancha, en las tribunas, el elemento de la suerte se añade a esta suma. El aficionado busca que su ruego a "los dioses", la suerte, decanten en su parcialidad. Entonces la "alea" entra en juego. Las patas de conejo, los tréboles, la playera del campeonato. Pero como en el deporte sólo hay dos posibilidades, la otra cara de la superstición son las maldiciones. Fenómenos que parecen dictar el resultado desde antes de empezar una competencia.
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Aprovechando las fechas, estas son las muestras de cuando la suerte parece voltear bandera a ciertos equipos o estadios.
En México, las apariciones de lugares públicos como escuelas u hospitales no eximen a los estadios y La Corregidora de Querétaro se dice, está construida sobre un cementerio y dado esto, ningún equipo alcanzará un título, sino todo lo contrario. El Atlante y el Querétaro ya probaron el descenso con este inmueble como casa. Poco más al sur, en la Ciudad de México, al Estadio Azul también se le atribuyen al terreno escogido para el coloso de la Nochebuena. De cualquier forma ya no es justificación para Cruz Azul.
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En el plano internacional, tenemos una que se remonta a un octubre, en 1945. Un aficionado de los Chicago Cubs trató de llevar a su cabra "Murphy" como publicidad para su bar. Sin embargo, le fue negada la entrada. Tras esto, con la cabra en brazos, el fanático dictó que nunca más habrían de ganar un título. Por 71 años la Serie Mundial seguía siendo una aspiración.
En Argentina, por otro lado, la religiosidad del futbol le da otro sentido cuando se buscan formas de detener a los rivales. Racing de Avellaneda comandó el futbol argentino en la década de los 60 y no parecía existir contendiente: ni River, ni Boca. Sin embargo, su máximo némesis Independiente del mismo barrio porteño tomó medidas drásticas. Se dice que a través del cuidador del estadio, se enterraron siete gatos muertos sobre una portería. A partir de ahí, el equipo cayó en la ruina e incluso, se realizaron misas y limpias para santificar el lugar. Finalmente, en 2001 la maldición se rompió con otro título de liga para "La Academia".
Incluso la realidad no es plano para estos fenómenos. En la NFL corrió una leyenda de que la portada del juego Madden, saga más importante del deporte, convertía estrellas en fracasos: Michael Vick de dominar la liga pasó a prisión por el escándalo de peleas de perros el año que protagonizó el juego, en 2002, Duante Culpepper se lesionó la rodilla y no jugó durante la campaña y Brett Favre, consagrado tras su retiro, se envolvió en escándalos extra cancha tras salir en el Madden 2009.
Maldiciones: otro ingrediente que ensalza un resultado y le busca dar sentido, aún cuando este sólo sea producto de la suerte. ¿o no?
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