Hay lagrimas que duelen más que otras. Esas que duelen son tan reales que hasta sientes gotas rodar por tus ojos, aunque el que las produzca sea otro individuo. Por ejemplo, muchas veces no nos tragamos el dolor de los actores de Hollywood y qué decir de las fraudulentas lagrimas de los actores en las telenovelas mexicanas. Pero lo que vimos en el Olímpico de Berlín, fue más real que el resultado mismo del partido.
Sí, el Barcelona ganó 3-1 a la Juventus y consiguió su quinta Champions League. Es cierto también que la dupla Xavi e Iniesta nos dejan perplejos. Más al momento de entregar el gafete de capitán el uno al otro en su último episodio como blaugrana. Las portadas y noticias les pertenecen a ellos, pero también es cierto que la historia es ingrata.
Que Lionel Messi acapare toda la gloria no es injusto, pero hay detalles que vale la pena subrayar.
Fuimos testigos de la emotiva imagen de Andrea Pirlo que rompió en llanto. “Il Professore” nos dejó mudos y estrujó muchos corazones. Aunque no dio su mejor partido, representa mucho para la historia del futbol italiano, para el futbol de la Juventus, del Milán y del mundo.
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En su última visita a ese estadio, el italiano se consagraba como campeón del mundo con Italia en el 2006. Hace nueve años tocó la gloria y en estas fechas, aunque no lo parezca, la volvió a tocar.
Pirlo marcó el ritmo como el mejor director de orquesta a nivel global. Esto por su empatía con la gente y sobre todo con el balón. El originario de Flero, provincia de Brescia, Italia, será el botín que recordemos más fino de la historia del balompié.
“Chuck Norris”, por cierto, uno de sus mejores apodos, representa la pulcritud en plenitud al momento de buscar asistir a cualquier atacante o compañero de equipo.
Conocido como Guante de Seda, Campanita, Il Architetto, Bollicini y los mencionados previamente, Pirlo nos deja con esas “Lágrimas negras” de las que habla el cubano Manuel Matamoros en su hermoso bolero-son. Por cierto, interpretado de manera única por el pianista Bebo Valdés y el cantante flamenco Diego “el Cigala”. Todos lloramos porque se va ese toque preciso, sorpresivo, fugaz y cautivador.
Al menos yo, te confieso Pirlo: “Sufro la inmensa pena de tu extravío. Siento el dolor profundo de tu partida. Y lloro, sin que sepas que el llanto mío. Tiene lagrimas negras, tiene lagrimas negras como mi vida…”.
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Juan José Ramírez
@JotaJotaRAM
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