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La quinta edición del Festival Marvin se vistió de gala para presentarnos en México por primera vez en la historia a Os Mutantes. Esta legendaria banda brasileña logró brillar fuera de su país gracias a la ingeniosa e inusual manera de mezclar ritmos de la tropicalia brasileña con la psicodelia y el rock que en los años sesenta se desarrollaba principalmente en Estados Unidos y Europa.
A pesar de que sólo un integrante de Os Mutantes era de la alineación original (Sérgio Dias), el ambiente era de nostalgia, al poder escuchar canciones clásicas como “A Minha Menina” o “Panis et Circenses”. Una hora fue suficiente para que los originarios de Sao Paulo nos recordaran que Brasil también es un gigante dentro de la escena musical. Entre “pianosaurios” psicodélicos, largos solos de guitarra y florecitas hippies, Os Mutantes tocó algunos de sus clásicos antes citados, pero también algunas nuevas y no tan conocidas de su último álbum Fool Metal Jack, situación que no molestó debido a que dichas canciones mantienen ese tono tropical y alegre, típico de las costas amazónicas.
https://www.youtube.com/watch?v=SEpSFOibJho
Si acaso, lo único que decepcionó fue la corta duración de la presentación y que les faltó tocar algunos otros grandes clásicos como “Bat Macumba” u “O Relógio”, pero fuera de eso, el baile no faltó. La pasión con la que Sérgio Dias tocaba su guitarra era contagiosa. Cada que algún solo aparecía, él abría su boca, inclinaba las caderas y apretaba los ojos; le hacía el amor a su guitarra, vaya (un poco al estilo de Santana).
Podríamos decir que Os Mutantes es una banda “de culto” y que, por momentos, puede estar ‘clavadona’, pero shows como el de este fin de semana se agradecen, sobre todo para todos aquellos que apenas descubren esta clase de música. Que lo de “culto” no se quede ahí entre las sombras, al contrario, que se difunda y se vuelva algo para todos.