La película de la semana: la fiesta del cine mexicano
Para quienes tenemos la suerte de vivir en estos días no resulta extraño escuchar que el cine mexicano vive tiempos felices. A los triunfos de "los tres amigos" en la categoría de mejor director en la entrega de los premios de la Academia de Hollywood en los últimos seis años se pueden sumar decenas de galardones de otro nutrido grupo de cineastas co-nacionales en festivales de todo el mundo lo que le ha conseguido a nuestras películas una reputación importante en el extranjero.
Aunado a todo lo anterior una incipiente industria se ha fortalecido y, después de tres años en los que la producción de largometrajes ha rebasado los 150, la exhibición en territorio mexicano puede presumir de ser el cuarto lugar mundial en boletos vendidos y ocupar el mismo sitio entre los países con más pantallas en el mundo, sólo detrás de China, Estados Unidos e India.
Sin embargo, y antes de echar inocentemente las campanas al vuelo, es necesario reconocer una gran asignatura pendiente para todos los involucrados en el medio cinematográfico: la creación y recuperación de públicos para el cine producido en México.
De nada sirve que se produzca mucho y se consuma bien si lo que se filma en casa no se ve en nuestras pantallas. Esa, entre algunas otras variables, son las que hacen diferentes nuestros días de aquellos buenos tiempos que se bautizaron como "La época de oro" del cine nacional.
Frete a todo lo anterior, y retomando algunas ideas de esfuerzos que se llevan a cabo en otros países como España, la CANACINE (Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica) organiza por segundo año consecutivo La fiesta del cine mexicano, una selección de películas producidas en el país -que incluye clásicos restaurados, reestrenos y estrenos- que se proyectarán del 6 al 12 de septiembre en 750 salas de cine en toda la República Mexicana.
La programación, en la que figuran cintas como El rey del barrio de Gilberto Martínez Solares, Belzebuth de Emilio Portes o Poetas del cielo de Emilio Maillé, se ofrecerá tanto en complejos seleccionados de Cinépolis y Cinemex como en la Cineteca Nacional, la Filmoteca de la UNAM y las cinetecas de Querétaro y Mexiquense que venderán las entradas a un precio especial de $20. Con esto, La fiesta del cine mexicano busca tender un puente entre una industria que se fortalece poco a poco pero que no terminará de ser una realidad sólida sin los públicos que en el pasado la hicieron grande.
Para consultar lugares, salas y títulos participantes esta liga puede ser útil.