En la mitología griega, las musas eran las divinidades femeninas que inspiraban a la creación musical; posteriormente, también se les atribuyó ser fuente de inspiración para el resto de las bellas artes. Para Steven Wilson –líder de Porcupine Tree, Blackfield y No-Man, entre otros proyectos–, la muerte fue el detonante de iluminación que lo llevó a transformar el sentimiento de una tragedia muy peculiar en su más reciente álbum solista Hand.Cannot.Erase (2015, Kscope Records). Impactado por el caso de Joyce Carol Vincent –mujer londinense de 38 años de edad que fue encontrada muerta en su apartamento hasta después de 3 años de su deceso– Wilson nos lleva por un viaje desde la perspectiva de un personaje quien, en un “mundo paralelo”, da vida a la protagonista de este extraño acontecimiento.
El sonido del álbum construye un entorno enigmático a través de fríos sampleos, diluidos abruptamente con rasgueos acústicos y potentes redobles. Con canciones como “3 years older”, los contrastes brutales que caracterizan la composición de Wilson inmortalizan a Joyce Carol Vincent en una fusión de fuerza y sentimiento de vacío que intentan hacerse uno mismo a lo largo de diez minutos.
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Recurriendo a una paleta de colores electrónicos y un beat seco, el monólogo femenino de “Perfect life” va creando en un lienzo, una obra saturada de emociones ligadas a los recuerdos de un encuentro pasado. Con pinceladas melancólicas en el piano y un coro que repite “We’ve got, we’ve got the perfect life”, es inminente una amable sacudida de los más bellos recuerdos de algún momento del ayer.
https://www.youtube.com/watch?v=gOU_zWdhAoE&ab_channel=StevenWilson
Agresivos riffs y una batería con delirio de persecución remiten a la escalofriante escena encontrada por los arrendatarios en el apartamento de Vincent al momento de buscarla para el embargo, debido a un adeudo en el pago del alquiler del lugar: montones de sobres en el piso como consecuencia del acumulamiento de correspondencia, una capa densa de polvo en el pasillo, el ruido de la televisión que llevaba encendida 3 años y que tenía por espectador el esqueleto de Joyce Carol Vincent a la orilla del sofá.
El caso de Vincent puede aterrar por la simple idea de cómo alguien pudo haber sido olvidado por 3 años. Para Steven Wilson, fue motivo de inspiración que culminó en una obra auditiva y en la transformación de algo etéreo en todo un concepto.
Por Luis Emilio Hernández (@soyluisemilio)
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