Por @chicledeletras
En medio de la Guerra Fría, de la batalla encarnizada entre el comunismo y el capitalismo, surgieron en diferentes partes del mundo movimientos contestatarios que buscaban romper con la hegemonía (política, cultural y económica) de las dos grandes potencias en disputa.
La década del sesenta y el inicio de los setenta se caracterizaron por ser el caldo de cultivo de la contracultura, la efervescencia de movimientos alternativos impregnaron la atmósfera con vientos de cambio. Love is in the air, había esperanza. El futuro lucía prometedor.
https://www.youtube.com/watch?v=fOlNA2eLK0Y
La irrupción violenta del rock & roll fue una revolución que puso en el mapa a un actor que hasta ese momento permanecía con un bajo perfil: el adolescente. La icónica figura de Elvis Presley (heredero del blues más espeso y negro del Delta del Mississipi) rompió paradigmas y despertó el recelo de las buenas conciencias, más adelante The Beatles y The Rolling Stones harían lo propio. Sucesivamente, la revolución sexual, el hipismo y la psicodelia, el marxismo, el activismo político y los movimientos culturales underground (verbigracia: la literatura beatnik), colapsarían -al menos momentáneamente- en muchos sentidos el soso establishment imperante.
https://www.youtube.com/watch?v=-G_OdTgsu40
Es en medio de todo este bullicio planetario que surge en México un movimiento literario bautizado por la crítica y escritora Margo Glantz como la “literatura de la onda”. Entre sus exponentes más destacados se encuentran: Gustavo Sáinz, René Avilés Fabila, Margarita Dalton, José Agustín y una rara avis de personalidad estrambótica: Parménides García Saldaña (Orizaba, 1944).
La Onda habla sobre adolescentes, sobre la chaviza y sus devenires e infortunios. El enemigo número uno de la Onda es el adulto obtuso y cuadrado (“Pasados los treinta eres hombre muerto”). La onda es lo cool, lo guay, lo que mola. Rock y literatura van de la mano, sin rock no hay onda; el lenguaje de la Onda es una mezcla de albures y un español “agabachado”, pocho, híbrido y sobre todo sacrílego. La consigna era escandalizar, distinguirse sobre el gris que reviste a los fresas conformistas, burgueses y mamucones. La Onda se mantiene en movimiento, a los onderos les gusta viajar (física, psicotrópica y espiritualmente). Son rebeldes sin causa provenientes de la clase media y tatarabuelos de los hipsters, puesto que la acción de muchas obras de la Onda se asienta en las colonias, Roma, Condesa y Narvarte.
https://www.youtube.com/watch?v=MagW0Me_9VI
Dice el Parme:
La onda, en su dimensión terrenal, es la desaprobación del modo de vida de la sociedad. la onda es el desprecio a las normas que ésta impone al individuo. Y por último, estar en onda es estar al margen, convertirse en outsider, forajido, disidente, rebelde; en un ser humano fuera de las leyes que rigen el orden de la sociedad; es oponer la imaginación a la no-imaginación; es parodiar la disipación que se oculta detrás de la solemnidad del mundo square, cuadrado, chato, plano y fresa. Wow! (En la ruta de la onda, 15)
Saldaña creció en el seno de una familia de clase media, estudió en escuelas norteamericanas y se enamoró profundamente de la contracultura estadounidense. Admirador de los escritores: Salinger, Mailer, papá Hemingway y los beatniks Ginsberg, Burroughs y Kerouac.
Amante de la música, en especial de los ritmos negros, trabó amistad con Fito de la Parra, percusionista de Canned Heat, y con Alex Lora del Three Souls In My Mind.
https://www.youtube.com/watch?v=2YkDH2s5eW0
Como cronista musical se le atribuye al buen Parme la creación del término “Hoyos funquis” para describir las bodegas, terrenos o barrancas donde se llevaban a cabo conciertos clandestinos de rock, género perseguido y vetado por el autoritarismo desatado después del amarillismo con el que se demonizó el Festival de Avándaro. Escribió crítica musical en el periódico Excélsior y en la mítica revista Piedra Rodante.
https://www.youtube.com/watch?v=uLGYhsp5Rdc
Su carrera literaria consta de la novela Pasto verde (1968); el libro de cuentos El Rey Criollo (1970); la brillante, incisiva, radiografía juvenil que presentó en 1972 bajo el nombre de En la ruta de la onda; el poemario roquero-experimental Mediodía (1975) y, finalmente, En algún lugar del rock (el callejón del blues) obra que se editaría de manera póstuma y definitiva en 1993.
La obra literaria de Parménides guarda una estrecha relación con el cancionero de The Rolling Stones, Elvis, Steppenwolf, The Beatles, Dylan, además de ritmos como el jazz, folk y blues. Por ejemplo, El Rey Criollo va hilando cada cuento con una melodía de los Stones.
https://www.youtube.com/watch?v=sngL9DtqQLY&list=PLE3CF63DAC6850A05
Bravucón, erudito y loco. Protagonizó grandes escándalos en el mundo intelectual mexicano: intimidó e intentó golpear a Octavio Paz y a Carlos Fuentes. Constantemente era recluido en instituciones psiquiátricas, fue consumidor de LSD, alcohol y marihuana. Asiduo a las galeras por sus serios problemas con la autoridad, se divertía insultando policías.
Al borde de la locura, Parme intentó asesinar a su madre, fue enviado al Reclusorio Norte donde el cansancio y su locuacidad terminaron por arruinar su cabeza.
Solo, en el completo ostracismo, enfermo de pulmonía y con sus capacidades mentales derruidas, murió en un mísero cuarto de azotea en 1982.
“Aún siguen muchos viviendo en el Mundo Fresa. Porque entre la onda y lo fresa, es mejor vivir la onda entre los fresas. Dig it!
Amor
de Parménides
1970
Antes de la muerte de Alan Wilson.
Antes de la muerte de Janis Joplin.
Antes de la muerte de Jimi Hendrix.
Antes de la muerte de Jim Morrison”. (En la ruta de la onda, 168)
https://www.youtube.com/watch?v=5UWRypqz5-o