La Reforma Hacendaria está causando revuelo por todos los recovecos existentes. De entre todos los aspectos, llama la atención el impuesto a los eventos y conciertos, lo cual afecta desde necios melómanos hasta simples aficionados. La comunidad que degusta conciertos encuentra una comunión especial en este tipo de acontecimientos masivos. Un aumento al precio —con la de por sí precaria economía del país— no cae como anillo al dedo.
El impuesto a los eventos (excepto circo y teatro) se plantea bajo la noción de que el patrocinio de éstos conlleva una ganancia privada que podría beneficiar al grueso de la población. El plan no es restarle a las compañías productoras, sino añadir al costo para beneficio de todos. Aunque es razonable pensar que podría favorecer un sector del país, la rentabilidad de un concierto es sólo relativamente costeable para un segmento poblacional. Aumentar el precio a un concierto intrínsecamente caro es contraproducente para las promotoras (realizar un evento requiere un capital mucho mayor a lo sumado por la venta de boletos).
Del mismo modo, ¿Cómo les afecta la reforma a los creadores y promotores? ¿La inversión de los usuarios apoyará a la escena cultural? Ya no se diga internacional, ¿Podremos disfrutar eventos nacionales con difusión y actos eficientes? En Austin, al tanto del ingreso generado gracias a la música, existen iniciativas que no solo apoyan a ésta comunidad, sino también contribuyen a su crecimiento, buscando un apoyo de vivienda o seguro médico a músicos necesitados.
¿No en vez de simplemente pedir, el Gobierno mexicano podría contibuir ayudando a mejorar la hechura de eventos? Artistas chilenos como Gepe, Astro o Javiera Mena visitaron México —donde ya son muy populares— por primera vez con el financiamiento y apoyo de su gobierno. Desafortunadamente, la reforma opta por una línea contraria terminante y alejada de los apoyos a las personas que generan el negocio en primer lugar. Al final la oferta será más escasa, los precios inaccesibles y la escena interna será más endeble.
Ricardo Marín (@reecardough) es colaborador de Ibero 90.9.
Columna escrita para el Publimetro.