Ya lo decía el gran poeta del Siglo de Oro español, Miguel Ángel de Quevedo, en uno de sus más famosos sonetos: "fuego helado", el frío que quema. El juego de contrarios cobra sentido cuando lo trasladamos a las siempre invernales tierras suecas y el viento gélido arroja hasta nuestros oídos la cálida voz de Alice Boman (Malmö, Suecia). Con cuatro materiales bajo el brazo: Skisser (2013), EP II (2014), EP II + Skisser (2014), las tres producciones editadas bajo el sello Adrian Recordings, y Over (Happy Death, 2014) la artista logró posicionarse dentro del siempre fructífero panorama musical escandinavo.
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La oriunda de Malmö se erige como una de las cantautoras más sobresalientes de Suecia. es poseedora de una voz cálida, dulce y sosegada, cuya tesitura envuelve y sobrecoge a quien se acerque a su música.
Escuchar a Boman remite inmediatamente a parajes sombríos donde apenas se logran colar los rayos del sol; su voz es la flor que pese a las bajas temperaturas florece en medio del inclemente invierno. Sus composiciones emanan de las entrañas, nostálgicas y melancólicas. Paisajes sonoros en tonos sepias y grises, texturas sombrías y cálidas donde la doncella de hielo lleva al extremo el oxímoron.
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La compositora pisará México, junto con cuatro actos más, el próximo sábado 14 de noviembre, en el marco del Festival Días Nórdicos que se llevará a cabo en la Cineteca Nacional.
Noviembre, frío, Cineteca, Alice Boman, tú, yo. No sé, piénsalo.