Por: Pedro Madrigal y Edgar Martínez
El Festival Internacional Cervantino sigue tomando forma y una notable y creciente cantidad de gente empieza a inundar parques, plazas, teatros y espacios culturales destinados a este Coloquio dedicado a la vida y obra de Cervantes.
El drama, tragedia y comedia son los géneros teatrales esenciales. El teatro es uno de los pilares principales de este festival dedicado al “Manco de Lepanto”, un ejemplo de ello es la Compañía Nacional de Teatro Clásico y la agrupación Ron Lalá.
Como si de una extraña enfermedad se tratase la “Cervantina” es una puesta en escena que conjuga música, poesía y teatro, basado en las obras de Cervantes, teniendo por objetivo el exaltar valores como la libertad de pensamiento y la igualdad entre los seres humanos.
Con ritmos producidos por guitarras españolas, palmas y cajones peruanos, los textos de Cervantes basados en “Los entremeses cervantinos”, “Novelas ejemplares” y “El Quijote”, cobran dimensiones diversas a las acostumbradas, respetando casi en su totalidad la solemnidad del idioma castellano, Ron Lalá logra transformar los versos más acérrimos de Cervantes en divertidos juegos de palabras.
En los que convergen los textos clásicos y sucesos modernos, logrando que dichos elementos sean mucho más fácilmente reconocidos por el público, logrando atraer la atención de los presentes por completo, creando un lazo de empatía que nace con un emocionado aplauso a la mínima provocación.
Basado en un discurso un poco más revolucionario, sin dejar de lado los textos clásicos, Ron Lalá aborda el tema de la libertad con una perspectiva sutil, lleno de comicidad, invitando al espectador a cuestionarse su propia realidad, buscando dejar de lado las ataduras morales, sociales, religiosas y políticas. convirtiéndose en una reflexión hacia la libertad, del hacer y del quehacer, teniendo acceso a la cultura y amor a la lectura.
Las obras en las que se basa este espectáculo son: Los entremeses cervantinos, Novelas ejemplares y El Quijote.
Galería:
Urbaphonix.
Cinco galos de la compañía Décor Sonore toman por asalto el espacio público y utilizan lo que les sale al paso como instrumentos musicales. Urbaphonix es una microsinfonía callejera que se compone, ejecuta y mezcla con sonidos in situ. Lo mismo hace percusiones en una fuente o una estatua, que convierte los tenis de un transeúnte en un instrumento de cuerdas.
Este espectáculo creado en 2012, recupera los sonidos del ambiente, utilizando diversos objetos para generar algún ritmo. El sonido de esta obra destaca por su sistema sonoro de alta calidad que le permite captar, revelar y amplificar diversas fuentes de sonido que coexisten en el entorno urbano.
El acoplamiento de las secuencias de sonido que cada músico extrae del mobiliario público conforman un ensamble que califica en la categoría de arte sonoro. El conocimiento de los principios básicos de composición, el dominio de la técnica, y la creatividad hacen de la interpretación algo único e irrepetible.
Décor Sonore deleitó a los guanajuatenses con Urbaphonix en la Plaza San Fernando. A media tarde y durante la noche, los asistentes fueron invitados a ejercitar el oído con un banquete de sonidos producidos por objetos poco convencionales.
Cervantes y Shakespeare a través de la música coral
Es de conocimiento común que las artes en general tienden puentes o intertextualidades unas con otras. La pintura y la escultura constantemente recuperan de la literatura personajes o escenas emblemáticas. Aunque de manera menos evidente, pero no por ello menos importante, la música también va a la literatura como fuente inspiración. Mención aparte merece la música coral en particular.
El Coro del Estado de Jalisco presentó un programa inspirado en Cervantes y Shakespeare en el Templo de la Compañia como parte de las actividades del XLIV Festival Internacional Cervantino. Bajo la dirección de Sergio Hernández Valdés interpretaron Triste España sin ventura, pieza contemporánea al Manco de Lepanto y que seguramente escucho.
Asimismo, se ejecutaron Tres epitafios de la autoría de Rodolfo Halffter (1900-1987): Para la sepultura de Don Quijote, Para la sepultura de Dulcinea, Para la sepultura de Sancho Panza. Previo al cierre, el coro hizo un acto de ópera inspirado en la épica del universo Quijotesco.
El Coro del Estado Jalisco, fundado en 1981, ha tenido siete directores diferentes que han dado continuidad a un proyecto de largo aliento que destaca por la calidad de sus presentaciones. En el año 2000 recibió la medalla Francisco Medina Ascencio por su trayectoria. Ha visitado la mayoría de los estados de la república y entre su repertorio se cuentan más de 30 estrenos estatales, 20 nacionales y 10 mundiales.