El universo de la obra cumbre de las novelas de caballería cabe y se desenvuelve con una plasticidad casi didáctica en una mesa. Quijote es una puesta en escena interpretada por títeres que recarga su fuerza expresiva en el gesto y el lenguaje corporal de esas pequeñas figuras.
Pese a no tener diálogos entendibles - puesto que las alocuciones parecen una combinación entre el italiano y el tailandés - esta adaptación de la obra de Cervantes Saavedra expresa sin dificultad temas universales como la amistad, el amor y la locura.
Dos oficiantes vestidos de negro dan vida a Don Quijote y a Sancho Panza en un juego de luces y sombras posibilitado por la iluminación con velas. Efectos sonoros precisos complementan esta representación minimalista de la historia del famoso Hidalgo.
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La compañía teatral española Bambalina Teatre Practicable ha presentado esta adaptación de Don Quijote de la Mancha por 25 años en más de 36 países. En el marco del XLIV Festival Internacional Cervantino en Guanajuato dio funciones el lunes 3 y el martes 4 de octubre a las 18:00 horas en el Teatro Cervantes.
La reinterpretación dirigida por Carles Alfaro conecta con el público de manera inmediata sin importar el nivel de conocimiento que se tenga del texto literario. Durante poco más de una hora los ejecutantes David Durán y Ángel Fígols repasan de manera elocuente distintas escenas de la obra original como el advenimiento de la locura producido por la lectura voraz, el manteamiento de Sancho, y el enjaulamiento del caballero de la Triste Figura.
“Cuando un adulto se enfrenta al ritual de nuestro Quijote puede reaccionar de formas muy diversas, de acuerdo con su cultura, su sociedad e incluso la historia de su país. En casi todo el mundo la gente tiene la idea preconcebida de que los títeres van unidos al mundo infantil, por eso su primera reacción suele ser de sorpresa.
Como actores, pretendemos siempre llegar a su interior más profundo, emocionarlo y, en cierto modo, desequilibrarlo. Mucha gente se queda en la sala cuando acaba la función, todavía emocionados, con ganas de comunicarse con nosotros y una necesidad imparable de darnos las gracias. Esto es lo que a mi me empuja a seguir en esta profesión”.
-David Durán.
Quijote es también intertextual. El teatro de títeres dentro del teatro de marionetas. En un momento durante la interpretación, se hace referencia al capítulo 27 de la Segunda Parte. Maese Pedro presenta un espectáculo de títeres en una ventana que en el imaginario del protagonista, imagina es un castillo. Don Quijote se implica de tal manera con la representación, que llega a creer que es cierta la historia y lleno de ira arremete contra las marionetas, consecuencia de ello, el pequeño escenario queda destruido.
Fotografías: cortesía del XLIV Festival Internacional Cervantino.