[Extracto] 'DAMN.' de Kendrick Lamar: un álbum en contra de la condena

Por: Luis F. Muñoz

Desmenuzar un álbum de Kendrick Lamar Duckworth implica un trabajo complicado, no sólo se trata de categorizar sonidos y temáticas de una “ficción sonora” como lo son muchos álbumes, sino que el sonido hip-hop, en el que usualmente se ubica a Kendrick, comúnmente tiene inspiración en la realidad. Podemos considerar que mientras algunos álbumes funcionan como ficción literaria, los álbumes de hip-hop serían algo parecido a un texto antropológico. Y no es por demeritar la labor del análisis de una ficción, el cual es en su sentido propio muy complejo, pero el carácter antropológico del hip-hop implica que hagamos una reflexión sobre la situación en el mundo y particularmente de Estados Unidos, donde las comunidades negras, acompañadas por las latinoamericanas y musulmanas, han sido los chivos expiatorios del pueblo estadounidense a lo largo de su historia.

“Damn”, además de ser una exclamación para maldecir con distintas connotaciones, significa “condena”. A partir de este título y con abundantes destellos bíblicos a lo largo de catorce pistas, Kendrick se coloca como Moisés frente al Mar Rojo; apartando las disputas inútiles, mediocridad y comodidad de algunas producciones actuales de hip-hop, muestra un nuevo camino, un camino de integración de recursos sonoros y temáticos que han estado presentes en la historia del hip-hop desde sus inicios.

En algunos medios, como The Needle Drop en YouTube, se habla de que este álbum resulta poco sustancial, dado que “no llega a ninguna conclusión” dentro de sus exploraciones, pero también hay que considerar que Kendrick busca más bien la manera en la que los profetas bíblicos se acercan al eterno silencio de Dios, plantear preguntas, más que llegar a una conclusión puntual, indagar en temas que al fin y al cabo han sido los que nos han acompañado en nuestra historia humana: miedo, dios, lealtad, amor, orgullo, humildad y sentimiento (palabras que vemos en mayúsculas, quizás para expresar su importancia, por todo el tracklist de este álbum).

Kendrick se enfrenta a grandes incógnitas no como un doctor en filosofía en algún extenuante coloquio, sino que Kendrick se lo pregunta desde el niño de siete años, que viviendo en zona de guerra, su mayor miedo es aún la madre que va a agarrarlo a chanclazos con tal de que él no se incorpore a la dinámica que aqueja su barrio y tantos barrios en el mundo. Se trata de una visión no tan común en los álbumes de raperos contemporáneos, que trata temas cuya discusión muchas veces el público actual no se plantea.

En cierto álbum Kendrick se consolidó como el buen muchacho de la ciudad insana (2012), y llevó al escucha a recorrer las calles del sur de Los Ángeles en la camioneta de su madre, para mostrar al público su realidad de primera mano. Un par de años después, regresó con To Pimp a Butterfly (2015) a reflexionar sobre la historia afroamericana tanto en música como en segregación y violencia. En esta ocasión no hay una línea tan definida en cuanto al camino que Kendrick quiere que recorra la audiencia de la mano con su disco, pero deja muy claro que es el gran artista de hip-hop, cuando logra tomar desde sonidos que son objeto de idolatría para los puristas, como los ritmos de 9th Wonder o la voz de Kid Capri, hasta bases contemporáneas hechas por algunos de los artesanos que proveyeron los beats de materiales anteriores de Kendrick, como es el caso de Soundwave , y todo esto lo hace con un tono de “en tu cara” que resulta una gran lección para todos los dogmáticos que consideran su subgénero la cumbre de la llamada “música urbana”.

Después de que alegóricamente Kendrick pierde la vida frente a una mujer invidente en la introducción de tintes setenteros, empiezan a volar puñetazos líricos de Kung Fu Kenny hacia el rostro del escucha con la pista “DNA”, que menciona algunos de los rasgos más arraigados (al punto de tenerlo en el ADN) de la comunidad afroamericana: “Tengo lealtad, tengo realeza dentro de mi ADN”. Producida por el héroe del trap, Mike Will Made It, y dividida en dos actos, deja la habitación regada de ladrillos y maderas rotas por el maestro Duckworth.

“Tengo lealtad, tengo realeza dentro de mi ADN”

https://www.youtube.com/watch?v=NLZRYQMLDW4

Al avanzar dentro dentro de este álbum, el escucha se topa con más referencias bíblicas, de manera que parece que Kendrick se personifica como una especie de profeta salido de los barrios. En “FEEL” construye sobre un ritmo algo fantasmagórico un conglomerado de todos sus sentimientos negativos, bajo el estribillo “Nadie está rezando por mí” haciendo referencia a la soledad que puede conllevar la fama.

Después, el álbum sorprende con la colaboración de Rihanna en “LOYALTY”, cantante de un circuito más popero-comercial, que aún con el estigma impuesto por la comunidad purista, suelta melódicas rimas sobre un beat de algo que podríamos incluso llamar Future G-Funk. En esta pista la audiencia es regresada repentinamente a este ambiente de la carne asada suburbana entre automóviles modificados, cerveza, amigos y el cielo violáceo-naranja característico de la tarde noche californiana.

Orgullo y Humildad, “PRIDE” y “HUMBLE” contrastan de una manera que resulta curiosa, ya que “PRIDE” podría incluso pasar por la pista de algún disco de indie contemporáneo; por otra parte “HUMBLE” resulta un truenabocinas de tintes de la década pasada, que sin llegar a sonar a crunk, nos muestra el amplio espectro temporal del que toma recursos este álbum para construir música nueva.

https://www.youtube.com/watch?v=tvTRZJ-4EyI

En cuanto a la colaboración con U2, se hizo saber en tanto en blogs, como hasta en los comentarios en redes sociales la duda común (en algunos casos preocupación) de cómo sonaría eso; la pista “XXX”, en la que se escucha a Bono compartir micrófono con Kendrick, sorprende por el hecho de que las expectativas del público miraban hacia otros panoramas sonoros. El producto final es una pista de tres movimientos, por así decirlo, donde Kendrick rapea sobre la política actual en Estados Unidos sobre un caótico sonar de sirenas que después transiciona a un idílico cántico de Bono en un suave ritmo de soul.

Después de una reflexión sobre segregación y política, el tema tratado en “FEAR”, es el miedo, desde una lente menos general, dado que Lamar delimita las manifestaciones del temor en tres momentos de su vida: su infancia, 6 años; su adolescencia, a los 16 años y finalmente en su edad adulta a los 26. Los horrores que aquejan la vida de Kendrick desgraciadamente tienen resonancia en la vida de muchos jóvenes nacidos en comunidades conflictivas: la policía corrupta, las pandillas locales y la constante posibilidad de ser abatido a disparos por un malentendido. Esta pista reflexiona sobre el hecho de que la vida no está exenta de miedos, y que estos se manifiestan de maneras diferentes conforme las personas van creciendo.

Las últimas dos pistas, “GOD” y “DUCKWORTH”, forman un arco conclusivo que cuestiona el pensamiento de algunos exponentes de la música en estos días que se conciben a sí mismos como dioses; “DUCKWORTH” complementa sobre este tema al hablar de la fragilidad de la vida con una interesante anécdota en la que cuenta un poco sobre la vida de Anthony “Top Dawg” Tiffith, fundador de la disquera Top Dawg Entertainment (a la que pertenecen Kendrick y raperos como Jay Rock, Ab-Soul y ScHoolboy Q). La pista relata sus inicios en la vida delictiva y su encuentro con un empleado del Kentucky Fried Chicken que solía asaltar. Este sujeto al que llamaban “Ducky” se ganó la amistad de Anthony por medio de cortesías y comida gratis, lo que llevó a que Anthony al asaltar el establecimiento, nunca le disparara a su amigo del otro lado del mostrador. Se revela al final que “Ducky” es Kenneth Duckworth, el padre de Kendrick, y que si Anthony “Top Dawg” hubiera jalado el gatillo, hubiera acabado en prisión, Top Dawg Entertainment no se hubiera formado y al final Kendrick sin una figura paternal se hubiera envuelto en conflictos pandilleros y probablemente hubiera muerto. Es así que plantea que, citando la canción, “el más grande rapero surgió de una coincidencia” y de esta manera evidencia lo importante que es tomar decisiones correctamente y no sentirse un ente “incorregible” cual deidad.

“el más grande rapero surgió de una coincidencia”

Con un gran cierre, este álbum que muchos condenan a “no ser el mejor” de la carrera de este rapero, demuestra que aún el álbum menos brillante de uno de los más grandes exponentes del hip-hop en la historia, se convertirá probablemente en referente gracias a la alta calidad tanto en letra como en música, y a la rica narrativa que en este caso tiene cada canción. Aunque quizás el álbum no cuenta una historia con línea definida como Good Kid, M.A.A.D. City, lo que une a las pistas de este álbum es la reflexión, y oscila en el tratamiento de sus temas entre los recursos de To Pimp a Butterfly y GKMC, parecería que este álbum se coloca en un punto medio, recurriendo tanto a canciones introspectivas como pistas digeribles para medios masivos. Logró éxito comercial como se observa en Billboard, pero esto no parece ser la motivación principal de Kendrick; al fin y al cabo la importancia de la discografía de Kendrick es que logra que un rap estudiado y con conocimiento de causa, llegue a millones de personas y las invite a hacer algo bueno por su comunidad y ellos mismos, y en consecuencia, poco a poco, revertir la condena que se vive los barrios del todo el mundo.

 

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