Por Helena Varela Actualmente, el 1% más rico del mundo acumula una riqueza superior al 99% restante. Ésta fue la principal conclusión del Informe elaborado por Oxfam y publicado hace apenas unas semanas. En el caso de México, ese 1% está representado por poco más de 290 mil familias, quienes ganan 47 veces más que el 10% más pobre. A ello podríamos agregar otros datos igualmente preocupantes: el pasado año, el Coneval informó que la cifra de pobres en nuestro país se había incrementado de 53.3 millones en 2012 a 55.3 millones de pobres, aumento que en buena medida se explicó por la caída de los ingresos en los hogares; y es que, la economía mexicana ha sido incapaz de despegar en los últimos años, con tasas de crecimiento en torno a los dos puntos, y ya se sabe, sin crecimiento, difícilmente podemos hablar de desarrollo. Y si no, miren la tasa de desempleo que nuevamente ha aumentado a un 4.4%, y eso que vivimos en un país en donde dicho indicador es más que cuestionable, por el peso que tiene la economía informal Mientras tanto, nuestra clase gobernante nos pretende convencer de que con eso (un cierto crecimiento y estabilidad) ya nos tenemos que dar por bien servidos, pues al menos, ya no tenemos las macro crisis de hace unas décadas, y ahora en lugar de tormentas, vivimos una calma chicha… aunque ésta no nos lleva a ningún lado. Flaco consuelo el que nos ofrecen, y todavía más de uno se atreve a hacer declaraciones de esas que se vuelven virales (¿se acuerdan de aquello de que con seis mil pesos a una familia le alcanza perfectamente para pagar casa, coche y hasta escuela privada?; pero el hecho es que, con las condiciones económicas existentes hoy en día, una persona que nace pobre prácticamente está condenada a vivir y a morir siendo pobre. ¿Y así quieren que seamos optimistas?
Y yo sigo preguntándome con qué lentes ven la realidad nuestras autoridades económicas que les permiten dibujar un mundo de fantasía en donde se habla de la fortaleza de la economía, o de nuestra capacidad de hacer frente a cualquier embate, sea este la caída estrepitosa de los precios del petróleo, la desaceleración de China o la depreciación del peso. Al fin y al cabo, todo se debe a una “exageración en la reacción sobre el tipo de cambio”, o eso nos dicen, mientras duermen tranquilamente, dan un tijeretazo al presupuesto y los mexicanos y mexicanas de a pie seguimos preguntándonos cómo lograremos salir de ésta.
Y yo, la verdad, ya comienzo a estar cansada de ver que, pese al optimismo de unos pocos (¿quizá sea ese 1% que detenta la mayor parte de la riqueza), las condiciones no mejoran, y las injusticias derivadas de la desigualdad existente son cada vez más lacerantes. Pero nos hacen creer que así son las cosas, y que no pueden ser de otra manera.
¿Será? Yo les dejo con una reflexión y una afirmación del economista Max Neef, que nos obliga a cuestionarnos sobre el modelo de desarrollo económico que tenemos cuando afirma que "La economía neoliberal mata más gente que todos los ejércitos del mundo juntos, y no hay ningún acusado, no hay ningún preso".
Aquí puedes escuchar el programa completo:
PODCAST de ZIGMA POLÍTICA 27 de ENERO
https://www.mixcloud.com/Zigma909/zigma-pol%C3%ADtica-econom%C3%ADa-y-desigualdad-en-méxico-27-ene-2016/