La falta de información y la falta de promoción de la cultura de la donación de órganos ha estancado a México en ese ámbito.
A pesar de que existen muchos ciudadanos con la intención de ser donantes de órganos, el principal problema radica en que ese deseo no se comunica adecuadamente. En 2004 se realizó una encuesta al respecto, y el resultado arrojó que el 50% de la población está dispuesto a donar órganos o tejidos después de morir.
En cuanto a la donación en vida, México ocupa el lugar número cuatro de 84 países, de acuerdo con el Observatorio Mundial de Donación y Trasplantes, y es el primer lugar en Latinoamérica.
Si estos números se han logrado, incluso con la enorme falta de información que existe sobre el tema, puede lograrse un cambio muy importante si el tema deja de ser un tabú.
Existen dos maneras de convertirse en donador de órganos. La primera es con la Tarjeta de Donador Voluntario y la segunda es realizar un “Documento Oficial de Donación” que tiene que ser expedido con el Centro Nacional de Trasplantes; Sin embargo, en México, está reglamentado que todos somos donadores tácitos, es decir, que aunque ninguno de los trámites anteriores sean realizados, los hospitales tienen la obligación de preguntar a los familiares si desean que los órganos de alguien que acaba de fallecer, sean donados. Es por eso que la parte más importante, consiste en comunicarlo a familiares y personas cercanas.
En Facebook existe una opción para comunicar a tus familiares, amigos y conocidos, que deseas ser donador de órganos.
Paso 1:
Paso 2:
Paso 3:
Paso 4 (en éste tienes la opción de escribir algo sobre tu decisión):
Paso 5:
El problema de un paciente que está en espera de un órgano, no termina cuando se le informa que existe un órgano compatible para hacer la cirugía. El costo del procedimiento quirúrgico es muy alto, aunque varía dependiendo del órgano. Después del procedimiento el paciente debe tomar un medicamento anti-rechazo por el resto de su vida, además de tomarse por lo menos tres meses de reposo.
Los gastos de un trasplante de órgano son cubiertos por los servicios de salud como el IMSS o el ISSSTE solamente si el paciente está inscrito, y como es de esperarse, más de la mitad de la población no cuenta con seguro médico, ni público, ni privado.
La importancia de donar órganos o de ayudar económicamente a través de alguna fundación, no solamente beneficia al dar una mejor calidad de vida a alguien, también los ayuda durante las etapas posteriores al trasplante.