#EPrix día 2: Una carrera incluyente

Por: Juan José Ramírez Mendoza De punta a punta. Así comenzó el día de la carrera. Despertamos temprano para ir a correr en gran parte de la costa de Punta del Este, Uruguay. Tomamos esta decisión para bajar un poco el abuso del dulce de leche y de la carne de vaca que ingerimos en exceso el día anterior. Nos pusimos los tenis para empezar a palpar el clima único de estas playas. Un viento perfecto que templaba las sensaciones que el sol generaba. El famoso “ni frío ni calor”. Bueno, en la sombra puedes llegar a sentir el frío, pero al momento de convivir con el sol, todo se compensa.

Fuimos del Faro al muelle de los yates. Son dos de los lugares más representativos de este bello lugar y de cierta manera se encuentra de punta a punta. Cada pisada se reafirmaba la sensación de calma. Aunque resulta ser uno de los lugares con mayor atractivo turístico de Uruguay y Sudamérica, el ambiente es único. No se siente el bullicio y el movimiento de otros lugares. No te satura la música y por suerte, todavía, las playas son de todos. No hay grandes resorts que acaparen la arena y que te cobren por utilizar una camastro.

Recuperamos las energías con unas medialunas que ofrecía el desayuno del lugar donde me hospedo. “Medialuna” se puede asemejar a los cuernitos que conocemos en México. Pero la textura y el sabor es completamente diferente. Imagino que es, sin ser un experto en cocina, por la cantidad de mantequilla que utilizan. Las puedes comer dulces o saladas, pero ambas son un manjar especial.

Como todo es cerca en esta ciudad, necesité de dos cuadras para llegar al circuito. Las prácticas y la clasificación aún no reunían a una gran multitud. El sol comenzó a calentar los ánimos, caía de a plomo y los aficionados empezaban a tomar sus lugares. Claro, esto luego de tres horas donde la actividad paró. Lo único que continúo con su curso fue el fogón que calentaba los choripanes que vendían en un puesto tentador. En todos esos minutos nos dimos el tiempo para ir a caminar, de igual manera a dos cuadras, a lo largo de la calle Gorlero. La cual es reconocida como la principal avenida de esta ciudad. Avenida donde los comercios hoy perdieron adeptos a causa de la Eprix de la Fórmula E, pero a pesar de ello mantenían el buen aspecto. Pocos locales llamaron mi atención, hasta que vi uno con la promoción de “cualquier libro por $150.00 (uruguayos)”. ¡Lo había olvidado! Es realmente barato leer tanto en Uruguay como en Argentina. Evidentemente no pude evitar desembolsar esa cantidad. La cual representa cinco dólares, es decir menos de cien pesos mexicanos.

Luego del éxito obtenido en el recorrido por Gorlero, el reloj apuntaba que faltaba poco para la carrera. La prueba de la velocidad y la sustentabilidad como hermanas empezaba para mi. Claro, ya que es mi primera carrera que cubro de esta categoría llamada Fórmula E. Repito, la “E” viene de “Eléctrico”.

La pomposidad uruguaya no es tan lejana de la que conocemos. Punta del Este, lugar que alberga gente con gran poder adquisitivo, mostró sus mejores garras para el evento. Lino, sombreros, escotes, vestidos, lentes de marca y mucho más. No faltó el famoso hospitality o VIP como lo hacen llamar. Nosotros, por suerte, teníamos acceso a nuestro media center y diferentes tribunas con acceso a la pista. Para mi gran sorpresa fue entretenida la carrera. Ojo, no quiero decir que me desviví por unas ruedas y 33 vueltas cargadas de emoción, pero el evento no lo hace mal. Esta categoría permite mayor competencia y rispidez al momento de correr, a diferencia de la Fórmula Uno. Los equipos deben utilizar dos coches durante la carrera, ya que la batería no puede mantenerse durante toda la competencia. Es ahí el momento interesante de la carrera, cuando los pilotos deben saltar a gran velocidad de coche a coche en los pits y tomar el rumbo para la segunda parte de la carrera. Parece que eso, entre otras cosas, es el punto clave de la competencia. El ganador fue el suizo Sebastian Buemi, del equipo Renault y la premiación fue, sin duda, la cereza del pastel. Todo el público, absolutamente todo, tuvo acceso al podio que se instaló, como ya lo predecíamos, en la Mano enterrada o también conocida como “Los dedos de Punta del Este”. Es más, la gente que estaba en la playa pudo ver todo de cerca. Algo que me pareció por demás incluyente. Al igual que la forma de agradecer y premiar a todo el equipo. A modo de pasillo, creador por las edecanes, todo el equipo de Renault y los lugares dos y tres recibieron palmadas de la afición y un reconocimiento público. Posteriormente, sonaron los himnos y se entregaron los reconocimiento por famosas modelos. Entre ellas, Alessandra Ambrosio. Al final, un selfie tomada por los pilotos apuntando hacia el público, despuntó las burbujas de las botellas que agitaron y la música electrónica ambientó el festejo de Punta del Este en Uruguay.

@JotaJotaRAM

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