1.- Seguridad - Los Juegos Centroamericanos y del Caribe dieron inicio en el puerto de Veracruz y fueron custodiados por 7,800 elementos del Ejército, Marina, Policía Federal, Policía Local y Protección Civil. La seguridad del estadio Luis Pirata Fuente estuvo extremadamente organizada, con retenes a tres cuadras del perímetro se evitó cualquier acontecimiento que dañara la imagen en la inauguración del evento.
2.- Contraste - Dentro del inmueble el mensaje fue diferente, el gobernador Javier Duarte y todo el Comité Organizador se encargaron de trasmitir a los asistentes y a los participantes los valores de de paz y unión que debían estar presentes durante toda la competencia regional.
3.- Anfitrión - México recibió por cuarta ocasión los Juegos Centroamericanos y Veracruz tuvo el honor de ser el primer lugar en acogerlos fuera de la capital del país. Como en 1519, cuando Hernán Cortés llegó a tierras jarochas, la cultura totonaca fue la encargada de darle la bienvenida a sus visitantes, pero en esta ocasión no sería para conquistar a los pueblos vecinos sino para formar un lazo de fraternidad deportiva.
4.- Orgullo - Como en toda fiesta, la música no podía faltar. Al ritmo del son y el danzón jarocho, los 23,000 asistentes celebraron la llegada de la Delegación Mexicana, conformada por 713 atletas y con Paola Longoria de abanderada, a la XXII edición del torneo regional.
5.- Esperanza - La llama centroamericana fue prendida por la Campeona Olímpica María del Rosario Espinoza y con ella se dio inició a los 17 días de competencia donde los más de 5,072 participantes podrán sus ilusiones y esfuerzos en este camino que desembocará hasta los Juegos Olímpicos de Río 2016.
6.- Expectativas - Los voladores de Papantla ha extendido sus brazos para acoger a Centroamérica y al Caribe y también para mostrarle al mundo el potencial deportivo de México. Ahora sí está todo listo para que, ¡Vuele Veracruz!