Dr. Strange, personaje creado por Stan Lee y Steve Ditko, es una rareza entre el mundo de los superhéroes. Creado en plena época de la germinación de la psicodelia en 1963, el Dr. Stephen Strange es un personaje con poderes generados a partir de la expansión de la mente. Su primera aparición fue en el serial Strange Tales, número 110. El personaje de Lee y Ditko le debe su nombre precisamente por su aparición en esa serie, de ahí su mote. Dr. Strange incluso tuvo influencia en la música de la época y, se ha dicho, que aparece en la portada del disco de Pink Floyd diseñado por Storm Thorgerson: A Saucerful of Secrets - el primero de David Gilmour- entre otras dimensiones astrales.
Después de ser llevado al cine animado y a la televisión, este curioso personaje regresa a la pantalla grande de mano del director Scott Derrickson, en donde podemos ver a un Dr. Strange, aclamado neurocirujano, en una época en la que la tecnología suplanta a la espiritualidad y en donde la ciencia es el único conocimiento válido.
Después de un terrible accidente automovilístico que lo deja incapacitado de sus manos y ante la inutilidad de la ciencia médica moderna de poder tratarlo, emprende un viaje al Tíbet para poder curarse, tanto mental como físicamente. Además de contarnos la transformación del arrogante neurocirujano a un poderoso mago, la cinta nos muestra algo que ya no habíamos visto en pantallas: una perfecta interrelación de los efectos visuales con la narrativa de la misma.
Los efectos se convierten en una parte fundamental de la historia de la película, en vez de ser un accesorio más dentro de la misma. En el ya clásico cameo de su creador Stan Lee se le puede apreciar leyendo el libro Las puertas de la percepción, ensayo sobre el uso de la mescalina que hizo el escritor Aldous Huxley en donde narra su experiencia al ingerir la sustancia extraída del peyote, texto que pudo haber inspirado al mismo Lee al crear a ese personaje.
Además de la referencia a Huxley, Dr. Strange hace uso de los efectos para mostrarnos los desdoblamientos dimensionales, casi como si fueran perspectivas imposibles creadas por el artista holandés M. C. Escher o por el artista sueco Oscar Reutersvärd, famoso por el triángulo de Penrose. Esto ya lo había mostrado en cine el director Christopher Nolan con Inception, quien hizo un guiño a su pieza de 1953 Relatividad, en la que se muestra a varios personajes caminando sobre escaleras en una perspectiva imposible.
Huxley también había previsto en su texto Un mundo feliz a la sociedad que vivimos ahora, orientada hacia el placer constante que nos otorga nuestros dispositivos móviles y las drogas que consumimos insaciablemente. ¿Porqué Dr. Strange ahora? Tal vez sea para poder recuperar un poco el lado espiritual de las cosas en un época en el que las computadoras también tiene alma, como lo dice el futurólogo Ray Kurzweil.