El amor en mundos paralelos: 'Amor a segunda vista'
Con Amor a segunda vista (2019), el guionista y director Hugo Gélin expande los confines de las comedias románticas para evocar una fresca y placentera reflexión sobre las relaciones sentimentales.
La historia sigue a Raphael y Olivia, interpretados por François Civil y Joséphine Japy. Él es un famoso escritor de ciencia ficción y ella una pianista que sacrificó su carrera por él. Un día, él despierta en un universo paralelo en el que nunca se conocieron; donde él es un fracasado, y ella es una pianista exitosa. Para regresar las cosas a la normalidad, Raphael tiene que volver a enamorar a Olivia.
Amor a segunda vista logra separarse de los límites del género de película romántica, para inyectar un toque de frescura a una historia que se ha contado múltiples veces antes.
La cinta de Hugo Gélin en distintos momentos escapa a lo esperado, combina elementos del romance con tintes de ciencia ficción, drama y comedia. Es un proyecto que no se sitúa en un género cinematográfico único.
Las actuaciones de Joséphine Japy y François Civil ayudan a contar una historia entrañable. Japy evoca un personaje con el que uno se puede identificar, sus reacciones y comportamientos dan una sensación de realismo y emotividad. Por otra parte, Civil evoca un personaje poco carismático, pero con destellos cómicos efectivos. La interacción entre ambos actores es natural y es efectiva para el acto final de la película.
Otra fuente de momentos cómicos surge a partir de la relación entre Raphael y su mejor amigo de la infancia Felix, interpretado por Benjamin Lavernhe. Felix actúa como un super yo a lo largo de la película. Constantemente ayuda a Raphael como una especie de guía moral, personifica las lecciones que éste tiene que aprender.
El guión de Gélin es efectivo, logra convertir un personaje poco carismático en uno con el que la audiencia se puede identificar para el final de la historia. Existe un arco de personaje redondo, con una temática que aborda los sacrificios necesarios para mantener una relación amorosa. Sin embargo, se puede criticar una visión un tanto simplista de las relaciones, un juego de ganar y perder, donde uno debe de sacrificar algo necesariamente para que la pareja tenga éxito.
Amor a segunda vista es una película que aparenta ser sencillamente ligera, pero que esconde una temática más reflexiva. Es contada de una manera fluida, con varios momentos que evocan risas de manera natural. Al romper con varios estereotipos de las películas románticas, la cinta de Hugo Gélin ofrece un punto de vista fresco de algo que podría ser más predecible. Amor a segunda vista forma parte de la programación del 23º Tour de cine francés.