Sin avisarle a nadie, The Drums se convirtieron gradualmente en una institución pop. Con su EP de 2009, Summertime!, se unían a camadas de bandas que probaban suerte en el olvidadizo ruedo de blogs y públicos con sed de más y más música nueva. Tres álbumes de larga duración después, regresaron a México a tocar en un Plaza Condesa repleto de fans, con un triunfo silencioso bajo el brazo. México los ha convertido en ídolos. The Drums en realidad son dos: Jonny y Jacob, voz y sintetizadores, respectivamente. Eso no le queda duda al personal de iluminación de sus shows, quienes muestran un favoritismo evidente por este par, mientras que guitarrista, bajista y baterista permanecen en la casi penumbra del fondo del escenario. Sin embargo, los cinco armonizan con perfección de estudio, los cinco recibieron el memo de vestuario y estilo sincronizados, los cinco trabajan al servicio de las melodías simples y pegajosas que hicieron a su banda sobresalir de entre el montón.
Los tres discos en el haber de The Drums se vieron, cada uno, justamente representados en el setlist del concierto. La simpleza del The Drums, la sensación de abandono del Portamento y la experimentación del Encyclopaedia se mezclaron para dar una representación fiel de lo que la banda ha construido: un sonido nostálgico y sencillo que responde a la autenticidad de las personalidades de Jonny y Jacob, a sus depresiones y sus aislamientos, sus miedos y sus alegrías.
Consistentes desde su primera presentación en México en aquel Rockampeonato Telcel 2010, The Drums comandan un aura de sensualidad y enigma en el escenario. Jonny se contonea tahitianamente en las canciones más lentas y acelera al nivel personaje-de-John-Hughes cuando la euforia y los gritos de los asistentes se intensifican. Jacob, tímido pero histriónico, a veces mueve las perillas de sus sintetizadores, a veces toca el pandero, a veces posa robóticamente con cada cambio de compás à la Kraftwerk.
Nada de esto es pre producido. Todas las manifestaciones de la banda en el escenario germinan de dos hombres con almas de niños, ese tipo de niños de suburbio estadounidense que montaban sus propias obras musicales en el sótanos de sus casas, incomodaban a los adultos con sus modos homoambiguos, y ensayaban una y otra vez hasta que cada canción sonara perfecto. Soñaban con salir de su encierro, de su entorno monótono. Soñaban con tocar frente a cientos de personas embelesadas, en un lugar cariñoso como el Plaza Condesa. Soñaban con encontrar en el público a su familia.
“Mexico, you are our family, we love you” – Jonny Pierce, 2014.
Setlist
- Bell Laboratories
- Let Me
- Me and the Moon
- Days
- I Can't Pretend
- Kiss Me Again
- Book of Stories
- Best Friend
- Money
- S. National Park
- Book of Revelation
- Face of God
- I Hope Time Doesn't Change Him
- I Need a Doctor
- How It Ended
- Wild Geese
Encore:
- Forever and Ever Amen
- Let's Go Surfing
- Saddest Summer
- Down by the Water