Chavela Vargas, el ícono femenino de la canción vernácula mexicana, será homenajeada el próximo 6 de noviembre dentro del marco de Día de Muertos, en la Universidad Iberoamericana con la presentación de un documental que recoge una serie de fotografías, entrevistas y archivos que dan cuenta sobre la vida de la fallecida cantante, cuya semblanza será comentada por la Dra. Alicia Elena Pérez Duarte, compañera de vida de tan singular personaje de la música ranchera.

En entrevista, Alicia Elena, especialista en Derechos Humanos y estudios jurídicos de género, nos comentó que la intención de seguir difundiendo la lucha de Isabel Vargas Lizano, mejor conocida como Chavela Vargas, “es profundizar en matices que no vemos, que no reconocemos en las expresiones culturales”.

“Chavela Vargas es un ícono popular, pero también es un ícono histórico, su vida aquí en México y cómo se proyecta al mundo desde México tiene todo un contexto de antropología social. Existe también una faceta de derechos humanos, su lucha por ser ella, en un México profundamente patriarcal y machista, además de una faceta filosófica, a partir de su propia concepción de lo que es la religiosidad cósmica como ella le decía. Creo que nos facilita una visión amplia y multidisciplinaria de la historia de las mujeres”, afirmó Alicia Elena, primera Fiscal Especial para la Atención de Delitos Relacionados con actos de Violencia contra las Mujeres de la Procuraduría General de la República.

“Chavela Vargas, desde mi punto de vista, habla de derechos. Primero la libertad, la libertad es un derecho humano fundamental; ella lucha por su libertad. Toda su vida fue una lucha por su propia libertad. También es una lucha por el respeto a su propia dignidad y hacer que el resto la respete. El haber sobrevivido al alcohol, haber salido del alcohol; justamente en un reconocimiento que ella se merecía su propio respeto que la razón que sostiene su voluntad de dejar el alcohol, es algo que tiene que ver con derechos humanos. La dignidad es el pilar de los derechos humanos”.

La también activista y defensora de los derechos humanos de las mujeres, rememora:

“Hay otra faceta muy interesante desde la perspectiva de los derechos; el derecho a la vida libre de violencia. Chavela se forma, se hace, se construye su personaje, su propia personalidad, en un mundo profundamente misógino y agresivo contra las mujeres, siendo ella mujer. Entonces para mí y mi experiencia junto a ella me permitió entender que la violencia tiene muchas facetas, inclusive la violencia entre las mujeres, eso desde el punto de vista de los derechos, invita a la reflexión y tiene conclusiones que deben ser importantes y deben ser tomadas en cuenta incluso en tribunales”.

Si una etiqueta le tenemos que poner, es la etiqueta de la libertad

Ejemplo de estas violencias que se ejercen en contra de las mujeres, la también feminista acertó a decir sobre su compañera de vida: “Chavela jamás —afirmó contundente Alicia Elena— levantó la bandera de la diversidad sexual. Ella vivió su vida en la libertad. Y creo que esa libertad implica no ponerse etiquetas. Desde luego Chavela, era una mujer lesbiana, hoy le dirían transgénero en el sentido de que era profundamente masculina. Su imagen era muy masculina. Ella se vestía de pantalones como ‘hombre’, pero se reivindicaba como mujer. Ella estaba profundamente orgullosa de ser mujer, amaba a las mujeres por encima de cualquier cosa, pero jamás fue activista. Entonces en honor a ella me parece que la forma de reconocer su vida desde las perspectivas de las diversidades es, y si una etiqueta le tenemos que poner, la etiqueta de la libertad. En esa libertad está vivir como ella era y le gustaba. Insisto, Chavela no estaba en el clóset, nunca levantó una bandera diciendo, yo defiendo la diversidad, porque tampoco le tocó esa época, pero quien volteaba a ver a Chavela, era evidente que la señora no era heteronormada. No era heterosexual, no respondía a los cánones de una sociedad hetero-organizada. Era una mujer libre que luchaba por su libertad”.

En cuanto a su identidad sexo-genérica, Alicia Elena relató: “Al principio de su carrera, Chavela tuvo que saltar muchos obstáculos. El primero de ellos es su lugar de nacimiento. Para este México de los años cincuenta que ella llega a nuestro país, a finales de los cuarenta, empieza a insertarse ya en el mundo del canto de la música ranchera en los años cincuenta, una mujer que no nació en México, tenía de entrada una enorme dificultad, ser mujer y para acabar una mujer que no se vestía de holanes, de crinolinas con aretes, con joyas, fue una serie de imágenes de ella misma que no correspondían a los que la cultura oficial requería”.

“Chavela no hubiera encajado en su estilo de canto, de voz, ese tipo de esquema que se tenía para aquel entonces en las televisoras y en las disqueras, por lo que sí le costó trabajo, mucho trabajo y al mismo tiempo, entra muy fácilmente a la cultura del alcohol. Todos los grandes músicos y cantantes de ese entonces, debían caerse de borrachos, pero eran hombres, entonces para Chavela estaba más que rechazada. Y para colmo, Chavela un personaje muy atractivo que enamoraba a todas las señoras que iban a verla. Y en ese enamorar a todas las novias, enamoró a la novia de Emilio, el tigre Azcarraga Milmo, y eso le cerró las puertas”, afirmó Pérez Duarte.

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Es una forma de decirle (…) a nuestra gente joven, que lo importante de la vida es precisamente, vivirla, no preocuparse del qué dirán los demás, vivirla de manera congruente, de manera honesta conmigo misma y sin hacerle daño a nadie.

“Tuvo una época de auge de mediados de los sesenta y setenta, luego viene lo que ella llamó su viaje por el infierno, que fue cuando México la creyó muerta y luego vuelve a florecer ya sin alcohol. Entonces los rechazos fueron más que múltiples. No era originaria de nuestro país, era una mujer alcohólica y para colmo era lesbiana. Entonces eran muchas cosas juntas”.

“Para mí Chavela es un ser fascinante, lo fue desde que la conocí y lo sigue siendo. Honrar su memoria es un privilegio y más privilegio pues me tocó vivir al lado de ella un rato, un rato importante en nuestras vidas y después de eso seguir cerca prácticamente hasta su muerte. Entonces estar en este espacio de reconocimiento y de homenaje, lo siento como un privilegio de la vida. Pero también es una forma de decirle a nuestra gente, sobre todo a nuestra gente joven, que lo importante de la vida es precisamente, vivirla, no preocuparse del qué dirán los demás, vivirla de manera congruente, de manera honesta conmigo misma y sin hacerle daño a nadie. La vida se vive una sola vez, es muy corta y hay que vivirla en plenitud. Sin miedos y sin hacerle daño a la gente. Creo que esas dos cosas son las que me han hecho moverme hacia el espacio de visibilidad que tengo ahorita cerca de Chavela Vargas”.

“La personalidad de Chavela, era tan fuerte que te movía todas las células. De las que a la hora que te abrazan y literalmente te cantan al oído, nada más con ese cantar te llevan a los cielos, es maravilloso. Mi canción favorita es ‘Soledad’, porque la señora decía que la soledad era su compañera más fiel y la cantaba con una voz y con un vibrato, híjoles… y hay otra de mis favoritas, ‘El día que me dijiste’”, concluyó la abogada, investigadora, magistrada, feminista que se convertiría en la última compañera de la chamana, voz áspera de la ternura.

Chavela Vargas

Documental
90 min.
6 de noviembre
Funciones 13 a 15 hrs. y 16 a 18 hrs.
Brindis 15 a 16 hrs.
Sala Juan E. Bazdresch
Edificio R, Segundo Piso
Universidad Iberoamericana