Por: Roy Martínez De las calles de Nueva York florecería una fina mezcla de géneros aglomerados en un mismo código postal a causa de la riqueza cultural de una de las capitales del mundo en los años sesenta. Músicos caribeños influenciados por el jazz generaban ritmos tan bravos con sus orquestas que era imposible aguantarse las ganas de bailar. Las congas y sus orígenes africanos, junto con el timbal y los bongos, alimentaban al piano sincopado y a los metales, que rugían al son del nacimiento de la salsa.
Fue en esa misma década que se originó el sello discográfico Fania a cargo de Johnny Pacheco y Jerry Masucci. La importancia de esta disquera fue trascendental para la música latina –de aquí surgieron enormes artistas como Celia Cruz, Tito Puente, Willie Colon, Rubén Blades, Hector Lavoe, entre muchos otros.
http://youtu.be/w3-cwh2ciKE
A 40 años de haber comenzado a distribuir música de primera calidad, Fania Records nos entrega una compilación de Armada Fania, un club y tienda pop-up que reunió a DJs y productores reconocidos para reinterpretar varios éxitos de las figuras mas destacadas de la familia de la salsa. Los sonidos siguen con la tradición de la eterna mezcla de culturas musicales y llevan a los ritmos caribeños a un contexto más house, perfecto para amenizar las fiestas de este fenómeno itinerante.
Entre la lista de leyendas remixeadas resalta el nombre del conguero Ray Barreto. “O Elefante”, a cargo de Phillip Cohan Solal, cobra un aire hipnotizante con los elementos africanos de la grabación original y el constante beat que fue superpuesto para no dejar de mover la cabeza ni un instante. Por otro lado, el neoyorquino Twin Shadow lleva el clásico “Acid” a un nuevo ambiente con un ritmo típico del house. “Power” y “Right On” son dos canciones más de Barreto que, a cargo de Whiskey Barons llegan a un tono ameno y cargado de un sabor lounge, tono que comparte con la interpretación de “Mambo Mongo” de Mongo Santamarina por Joe Clausell. También predominan canciones que en su mayoría conservan el ritmo y estructura original, como “Aléjate” de Hector Lavoe, que el mismo Joe Clausell trata con elementos del dub de manera sutil. Lo mismo logra Clausell con “Siembra” de Willie Colón & Rubén Blades –conservar el sonido original. La versión de “Take Five” de Roberto Roena también es tratada de manera muy orgánica por Nicola Conte, con un incremento de velocidad que provoca más ganas de bailar que la original. Otros remixes se alejan del sonido salsero de antaño. En “Las Caras Lindas”, Isa Gt trae el clásico de Ismael Rivera a un contexto más electrónico –que bien podría llamarse electro-salsa, en donde la armonía y ritmo original fueron suplantados por un sintetizador. “Aguanile” de Wille Colón es mezclada por Toy Selectah y el ritmo tribal que propone es una interesante interpretación de un género que en un principio es influenciado por África. Gilles Peterson y Sinbad tratan “Saona” de Noro Morales con efectos y ritmos de música dance que ayudan mucho a refrescar esas claves y maracas puerto riqueñas. Las últimas dos canciones en el álbum son las dos más largas (11:36 una, 33:27 la otra) y cumplen con una función de mantener los últimos momentos de la compilación sumergidos en el sonido auténtico de la salsa “Mi Gente” de Hector Lavoe –penúltimo tema– es revisitado por Louie Vega con una introducción house que se fusiona con la grabación original y más tarde, con el último tema “Eoul Soulfrito”, un popurrí a cargo de Elements of Life, la orquesta de Louise Vega que suena clásico de Fania, y algunos jams originales.