Si te ha tocado viajar por el mundo, probablemente has visitado el Memorial al Holocausto en Berlín, construido por el arquitecto Peter Eisenman y el ingeniero Buro Happold. Consiste de 19,000 m2 cubierto de 2,711 “cajas” de concreto organizadas en filas y contiene una “Placa de Información” con los nombres de aproximadamente tres millones de víctimas del Holocausto judío que fueron tomados del museo israelí Yad Vashem.
Según su sitio web, Yolocaust es un proyecto del satírico autor israelí Shahak Shapira que “explora la cultura de la memoria al combinar las selfies que se toman los turistas en este espacio memorial y con fotos explícitas de los campos de concentración nazis. Las selfies pueden ser encontradas en cientos de perfiles personales en Facebook, Instagram, Tinder y Grindr y sus interacciones (hashtags, likes y comentarios) también son incluidas dentro de este proyecto”.
El punto de este ensayo es resaltar el absurdo y la falta de reflexión de parte de los visitantes, ya que en la mayoría, si no es que todas las fotografías, se puede ver a los sujetos brincando, haciendo caras chistosas, patinando, haciendo acrobacias, subidos en las cajas y hasta posando con duck-faces.
Aquí comienza un debate sobre el objetivo de este memorial, el cual, en teoría, es para recordar las vidas perdidas en este terrible episodio de la historia Universal, pero sí este lugar debería inspirar reflexión, empatía y aprendizaje, ¿por qué se dan este tipo de modas y recolecciones en redes sociales?
En la página http://yolocaust.de/ se formulan las siguientes preguntas, las cuales son respondidas con la misma dosis de ironía con la que ha sido planteado todo el proyecto:
“¿Qué y qué no está permitido hacer en el Memorial al Holocausto?
Ningún evento histórico se compara al Holocausto. La decisión de cómo comportarse en un sitio memorial que marca la muerte de 6 millones de personas, está sujeto a tu criterio”.
“¿No es irrespetuoso hacia las víctimas del Holocausto?
Sí, el comportamiento de ciertas personas en este memorial es irrespetuoso. Pero las víctimas están muertas, entonces probablemente están ocupadas haciendo cosas de personas muertas y preocupándose por eso”.
“Estoy en una de las fotografías y me arrepiento de haberla subido al internet. ¿Podrías quitarla?
Sí. Solo manda un email a undouche.me@yolocaust.de (en español: despendejiza.me@yolocaust.de). “
El proyecto de Yolocaust está comenzando a viralizarse y esto podría ser para bien: En nuestra humilde opinión, nos deberíamos de cuestionar nuestros actos en los lugares históricos que visitamos, ya que no todos se prestan como un espacio turístico y de diversión. Es importante entender que en la época en la que vivimos, los mensajes que mostramos al mundo a través de nuestras redes sociales van cargados de un mensaje y de una identidad web que vamos creando, lamentablemente, la cara que le damos al mundo se va formando cada vez más por nuestra imagen digital, por lo que consideramos importante ser congruentes con nuestras acciones y trascender un poco la urgencia de tomarnos fotos en cualquier lado. Finalmente, no se trata de no poder sonreír, sólo se trata de no sacar tu celular por un maldito segundo.