Willie Colón y un cielo para los angelitos negros: a 40 años
Han pasado poco más de medio siglo de la irrupción de Willie Colón en el mundo de la salsa, un genio adelantado a su época que junto a Héctor Lavoe, Rubén Blades, Johnny Pacheco y Jerry Massucci fundaron una de las escuelas más importantes de la música latina: Fania Records. Rodeado por un entorno lleno de violencia, El Malo del Bronx forjó una carrera que siempre tuvo como eje temático en sus portadas la historia de la mafia, desde el Hustler que este 2018 cumplió 50 años de vida, hasta el Cosa Nuestra que hace una clara referencia a la mafia italiana.
Willie Colón siempre exploró más allá de los habitual en los ritmos latinos, siempre fue un paso adelante y como músico vivió pasajes llenos de oscuridad. Detrás del intérprete de “El Gran Varón” y “Talento de Televisión”, el trombón del Malo del Bronx fue un portal que sirvió para aventurarse a conceptualizar temas sociales de forma inigualable, prueba de ello es su disco El Baquiné de los Angelitos Negros una pieza espesa que cuesta mucho trabajo diseminar, pero que es vital analizar para entender su grandeza.
Lanzado en 1977, El Baquiné de los Angelitos Negros parte de un fuerte sentimiento de discriminación hacia la sociedad afrodescendiente, del hartazgo de vivir bajo el yugo de un mundo blanco que ni en la muerte deja en paz a su víctima. Anterior a eso, Andrés Eloy Blanco escribió un poema que sirve de puente a esta celebración de vida y muerte que hace Willie Colón: Píntame Angelitos Negros. “Desengáñese, comadre, que no hay angelitos negros” recitó el poeta venezolano cuya principal denuncia, y preocupación, es el olvido del mundo occidental por las comunidades oprimidas con la conquista.
En el plano musical, el disco de Willie Colón conmemora un “baquiné”, una antigua costumbre africana con la que se vela y sepulta a un niño y que en el Caribe se quedó arraigada. En esencia, el “baquiné” es un celebración a la vida y muerte de un infante que parte del plano terrenal, vestido de blanco y con música alegre de tambores. Como si se tratará de una ópera salsera, El Baquiné de los Angelitos Negros es una obra en su totalidad instrumental con un inicio y un final muy marcados. “Angustia Maternal” primer canción del disco, es un track desgarrador, con muchos silencios, distorsiones y violines incesantes que reflejan la ansiedad y el desespero de una madre al perder a su pequeño.
Después de este trágico inicio, Willie Colón es el director de una obra que transcurre entre son guajiro, latin jazz, sonidos caribeños que celebran la vida y muerte de un negro, de un angelito negro. Sin necesidad de palabra alguna, El Baquiné de los Angelitos Negros es una obra que, con base en los instrumentos típicos de la música afroantillana, rinde un merecido tributo a todos aquellos que fueron discriminados tan sólo por su color de piel. “8th Avenue (In The Park)” marca el inicio del fin de un recorrido que, de acuerdo a las tradiciones afrodescendientes, es como un gran festival camino la última morada. Con esa misma alegría, “8th Avenue (El FIN)” le pone punto final a la vida en el plano terrenal.
Editado por Fania Records, El Baquiné de los Angelitos Negros es un disco que refleja la peculiar forma de vivir el duelo en diversos pueblos del Caribe y las Antillas, donde fieles a sus raíces africanas, aún conservan con mucho orgullo sus tradiciones, una de ellas el baquiné. Willie Colón siempre fue un artista con un fuerte arraigo a las imágenes tenebrosas para ilustrar sus discos, como ejemplo se encuentran Lo Mato (Si No Compra Este LP) y Cosa Nuestra al lado de Héctor Lavoe, y este disco no es la excepción. La imagen de unos padres velando a su hijo vestido de la blanco y al fondo un par de parejas bailando, muestran la tétrica escena que El Malo del Bronx musicalizó.