Rosalba Bustamante y la sorpresa de su fotografía estenopeica
La oaxaqueña Rosalba Bustamante se enamoró de la fotografía estenopeica por el factor sorpresa y el romanticismo de esta técnica, que aunque parezca arcaica en la era digital, parece estar más viva que nunca.
De formación traumatóloga ortopedista, Rosalba cambió de rumbo tras año y medio de ejercer su profesión en la medicina y decidió explorar el camino del arte. Primero fue el canto y las percusiones, luego una cámara. Se convirtió en fotógrafa profesional.
Estudió en la Escuela Activa de Fotografía de Echegaray, en el Estado de México y tras ello regresó a Oaxaca, en donde continuó su preparación principalmente en el Centro Fotográfico Álvarez Bravo y en el Centro de las Artes de San Agustín Etla.
En Oaxaca hoy existe un movimiento importante sobre esta técnica fotográfica y hasta celebran anualmente la Semana de la Fotografía Estenopeica como parte del Día Internacional de la Fotografía Estenopeica que es el último domingo de abril, con actividades, talleres, conferencias y exposiciones.
Las cámaras estenopeicas suelen ser artesanales, se construyen con cajas de cartón, botes, latas, cajas de cerillos o cualquier otro artefacto al que podamos cerrar el paso a la luz, pues básicamente se trata de una cámara oscura con un pequeño agujero —llamado estenopo—, por el que se deja entrar los rayos luminosos que incidirán sobre el papel o la película fotográficos.
Siguiendo esta técnica, Rosalba colocó en las azoteas de las casas de sus amigos 31 cámaras fabricadas con latas de refresco recicladas. A este primer proyecto le llamó “Flujo” y capta el recorrido que hace el sol cuando atraviesa la ciudad.
Bustamante tenía el proyecto de captar el solsticio de verano al solsticio de invierno, por lo que una semana antes de que se anunciara el periodo de confinamiento colocó en azoteas 90 latas, las cuales espera recoger hasta que el semáforo esté en verde, para luego recopilar las imágenes e imprimirlas en un catálogo.
Estas latas fueron orientadas para captar edificios emblemáticos de la Ciudad de Oaxaca, como la Catedral de Santo Domingo.
Aunado a este proyecto, la fotógrafa aprovecha el tiempo de confinamiento para hacer autoretratos y fotografiar todos los rincones, plantas, objetos, situaciones y reflexiones que debido al encierro ha reencontrado.
En su paso por la fotografía, Rosalba Bustamante ha ganado el premio al público en los festejos del centenario de la UNAM, con la fotografía “Cirujanos en formación”.
Fue seleccionada en la III Bienal de Fotografía Oaxaca 2018, ibtuvo tres menciones honoríficas en el noveno Concurso Nacional de Fotografía “Imágenes y Sonidos de México: Música y danzas tradicionales” y fue finalista en la convocatoria del Premio Latinoamericano para maquetas, FELIFA-FUTURA 2018, Buenos Aires, Argentina.
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