La Red Jesuita con Migrantes CANA (Centroamérica-Norteamérica) publicó este viernes 26 de octubre su postura en torno a la caravana hondureña de migrantes. El documento menciona que para un abordaje adecuado del tema “empieza por señalar sus causas y a sus causantes, entender que la seguridad que está en juego es principalmente la de las personas migrantes en la ruta y por promocionar una cultura de la Hospitalidad entre los pueblos y los seres humanos.”

Se identifican cuatro puntos principales en la postura: causas, causantes, éxodo y hospitalidad. A continuación, un resumen de lo más relevante de estos apartados.

¿Qué causa este fenómeno migratorio?

Las causas que promueven el fenómeno migratorio son la pobreza extrema, la violencia generalizada y la falta de un modelo de desarrollo justo, democrático, social e inclusivo en Honduras, así como la persecución continuada de colectivos determinados, como defensoras y defensores de derechos humanos, campesinado, colectivo LGBT, etc. Se denuncia cualquier intento de vincular la caravana con fines partidistas y se menciona que fue un fenómeno que se dio de manera espontánea y auto convocada.

¿Quiénes son responsables?

La mayor responsabilidad de este acontecimiento radica en el sistema político, el cual presenta altos índices de corrupción y favorece la violación sistémica de los derechos humanos, gracias a la impunidad que promueve. También es un sistema que favorece a intereses minoritarios y persigue de manera directa e indirecta a defensores de los derechos humanos. Se menciona que la mejor estrategia para evitar la migración masiva es la construcción de Estados de Derecho que busquen el bien común y garanticen y protejan los derechos de sus ciudadanas y ciudadanos.

Respuesta humanitaria

La Red Jesuita sostiene en su documento que la caravana defiende la vida y rebosa de identidad y que se trata además de una reacción legítima de los derechos de sus integrantes. Por tanto, éstos deben ser respetados por los gobiernos, cuyo principal enfoque debe ser la seguridad de las personas. También sostiene que los migrantes no son una amenaza a la seguridad pública y se rechaza su criminalización. Se exige: transparencia, coordinación y diálogo con los migrantes, sobres sus posibilidades de protección y alternativas, también el retiro de la coacción no justificada, una respuesta humanitaria adecuada y en coordinación con todos los actores sociales.

Hospitalidad

El movimiento de personas en el continente puede ser una ocasión de compartir culturas, riqueza y oportunidades en un espacio de integración. Pero América es también un continente en huida y es necesario evitar a toda costa los reactivos cantos xenófobos de políticos irresponsables, así como divulgar información objetiva y veraz a la sociedad civil y la opinión pública, sin sesgos de criminalización que ignoren la condición vulnerable de los migrantes.